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1 “ CENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA CAPUCHINA DE ANDALUCÍA ( 1 898- 1 999) La fundación del convento de Sanlúcar tuvo lugar cuando Andalucía era Custodia Bética. La ciudad estaba regida en aquel entonces por los duques de Medina Sidonia, durante cuyo gobierno Sanlúcar vivió su época más gloriosa y se construyeron sus más grandiosos edificios, como el Pósito, la Alhóndiga y la Casa de Medina Sidonia. Don Ma­ nuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, octavo Duque de Medina Sidonia, mando edificar en 1627 el castillo de San Salvador, hoy cono­ cido por los sanluqueños “de la Pantista” por la gitana que en el vivió, para que sirviera de defensa al puerto de Bonanza. Fue el Duque Don Manuel Alonso el que solicitó al P. Agustín de Granada, superior mayor entonces de la Custodia Bética, la fundación de un convento capuchino en el Luciferi fanum, en la desembocadura del Guadalquivir. Para tal fin envió como capataz de las obras al P. Félix de Granada, que era guardián de Sevilla. Con buen ritmo co­ menzaron las obras en el paraje ocupado por la antigua ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje, corriendo los gastos a cargo del Sr. Duque. La dedicación de la iglesia tendría lugar el 14 de enero de 1635. Y pasados los años de la exclaustración en los que el convento se utilizó como casa de vecinos, volvió de nuevo a los capuchinos. La recuperación de este convento se planeó al mismo tiempo que el de Antequera, aunque fue más lenta debido a ciertas dificultades. Don Andrés de Hoyos Limón, bienhechor de los capuchinos, cosechero y exportador de vinos, en uno de sus viajes comerciales conoció al P. Esteban y a la comunidad de Bayona. Durante el otoño de 1876 visitó, junto con el arcipreste de Sanlúcar, al P. Bernabé de Astorga, que trabajaba por restaurar la orden en Andalucía. Fue allí donde se pla­ neó la restauración del convento de Sanlúcar. A su regreso comenzó a trabajar en la fundación, escribiendo al obispo capuchino de Cádiz, Fr. Félix de Arriate y Llanos, quién en su respuesta de fecha 8 de noviembre de 1877, manifestó que no le agradaba el que la fundación se hiciera con religiosos venidos de Francia, vestidos con hábito; tam­ bién tenían poca confianza en las autoridades eclesiásticas de Sevilla, archicliócesis a la que pertenecía Sanlúcar y en el gobernador de Cádiz O