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APÉNDICE fundación, dejando claro que esto último era lo que ella más deseaba. A este propósito nos dice nuestro cronista: “Pruebas de ello dio palpables, algunos días antes de su muerte; pues estando ya para entregar la huerta a cierta Congregación de Religio­ sos, manifestó a uno de nuestros Hermanos, que sus deseos no eran otros que entregarla a los Capuchinos; y que antes estaban ellos que todos los demás...". A pesar de este encargo, los hijos de Mercedes Damas no cumplieron la voluntad de su madre cuando se entrevistaron, el 14 de Julio de 1896 con los padres Ambrosio de Valencina (que era el provincial) y Francisco de Benamejí (que era segundo definidor). El resultado, como hemos visto, fue hacerse cargo de la iglesia de S. Juan de Letrán, al menos provisionalmente. Pero esta misma fundación provisional pre­ sentaba dificultades en el aprovisionamiento de agua, que había que acarrear de fuera, y en condiciones desfavorables de habitabilidad, hasta el punto de que estuvo en un tris de deshacerse. En este momento los acontecimientos tomaron un giro inesperado. Nos dice la crónica: “Pocos días después de la muerte del P. Benamejí, el Corredor ü . Federico de La Rosa propuso a nuestro Síndico D. Nicolás de Montes venderle el Convento mediante el pago a plazos de 2 5 .0 0 0 pesetas. Avisado el P. Provincial y conviniendo en ello, D. Nicolás aceptó el contrato, ofreciéndose su Señora Madre D q M aAna Moreno a pagar todo el importe por si misma mientras tanto que la Orden pudiera reunido con las limosnas de los bienhechores. Era entonces dueño del Convento I). Nicolás López Gómez González, el cual lo había compra­ do a su nuera D~ Francisca Rui López-Barajas que a su vez lo heredó de su madre D qManuela López-Barajas Cuadrado. El I o deJunio de 1 89 7 quedó otorgada la escritura a favor de nuestro Síndico D. Ni­ colás de Montes y Moreno, rebajándose el importe hasta quedar en 2 3 .5 0 0 pesetas por haberlas hecho efectivas en el acto”.

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