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CA PU CH INO S DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA bles, el P. Ardales, con la colaboración de religiosos y superiores, creó becas, para solventar esta dificultad en la formación de los futuros sacerdotes y misioneros. Si importante era la creación de un edificio material y necesaria era la cuestión económica para resolver el problema de la subsistencia, no lo era menos solventar el problema de la formación del profesorado, para ello el P. Juan Bautista comenzó por enviar a los alumnos más aventajados al Colegio Internacional de Roma para que, tanto en la Universidad Gregoriana como en el Pontificio Instituto Bíblico, se prepararan en Filosofía, Teología, Derecho Canónico, Sagrada Escri tura, contando rápidamente la Provincia de Andalucía con un amplio plantel de profesores preparados en las más variadas disciplinas ecle siásticas. También el estudio de las lenguas clásicas como el griego, el latín, el hebreo, recibieron del P. Ardales un gran impulso que mues tran bien a las claras su preocupación por una mejor formación de los candidatos a nuestra Orden, así como el impulso que, entre nosotros, recibieron los estudios gracias a su tesón y constante preocupación. SEVILLA. PRIMERAS ACTIVIDADES DEL P. ARDALES Como queda dicho, el 21 de febrero de 1914, el P. Juan Bta. es nom brado Vicario del convento de Sevilla. Fue éste su primer contacto con la ciudad sevillana, a la que, más tarde, tanta gloria daría con su trabajo y estudio. Gobernaba la archidiócesis hispalense el Excmo. Sr. Cardenal Almaraz quien bien pronto se percató de las excelentes cualidades del P. Arda les. Hacía poco que habían muerto los PP. Ambrosio de Valencina y Marcelo de Campillos, ambos pertenecientes al Claustro de Doctores de la Universidad Pontificia de Sevilla. Y fue el mismo Claustro de la Facultad de S. Teología, quien lo eligió en terna para formar parte de dicha Universidad; el gran Canciller lo presentó a la Santa Sede y la
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