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ra nuestro P. Lorenzo, lo referiremos con la misma relación que hace el mismo Matías Revner y es en la forma que sigue: “Después de algún tiempo de la muerte del siervo de Dios, hallándome en la Feria de Verdú, un hombre inconsider'ada- mente me dio una coz, .y fué tan recia, que me desmayé y eché cuanto tenía en el cuerpo. Y hallándose allí de lectura el doc­ tor Gastelló, do Valls, dijo que estaba reventado de la coz y que no tenía remedio de curar, sino que sin él me había de morir. Lleváronme de Verdú a Guimeran y viéndome des- hauciado r'eclamé el favor celestial de Dios por los méritos del P. Fray Lorenzo de Huesca. Parecióme que míe dormí y que entre sueños me dijo el P. Fray Lorenzo que tuviese confian­ za en Dios que no moriría de aquella enfermedad. Y desde aquel punto no quise que los médicos y cirujanos me cura­ sen, diciéndoles que otro médico me había prometido de cu­ rar mejor que ellos. Y sin aplicar nada fui convaleciendo y al cabo de un mes me hallé sano. Y por mostrarme agradecido al dicho P. Fray Lorenzo le hice pintar por un pintor llamado Vidal, dicién- dole que le pintase con la corona o diadema que se suelen pin­ tar los santos; el pintor no lo quiso hacer, diciendo que le es­ taba vedado y que no podía pintar con corona o círculo en la cabeza, sino los Santos beatificados o canonizados y en efecto le pintó sin la dicha corona o diadema y sin ella me llevé el cuadro a mi casa. Donde sucedió una cosa maravillo­ sa y del cielo fué que mirando un día el dicho cuadro vimos que sobre la cabeza tenía como hoy día tiene una corona o círculo de un perfil de color blanco. Y admirado de verlo pa­ ra asegurarme más, dije al pintor si le había pintado de aque­ lla suerte. Y respondiéndome el pintor que ni le había pinta­ do con aquella corona o círculo ni lo podía hacer porque era insignia de Santos”. Así explica estas maravillas el dicho Ma­ tías Reyner. Recibió esta narración el R. P. Pablo de Sarriá, siendo Provincial, el cual añacle que fué a casa del dicho Reyner pa­ ra ver el cuadro del varón santo con la señal milagrosa, y en efecto vio que estaba pintado de cuerpo entero con hábito —80 —

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