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que tenían la condujo a casa de cierta señora, donde la crió y educó virtuosamente. En otra casa de la misma pai'roquiia, llamada Angli, había tanto ruido que no podía habitarse en ella y llamaron al siervo de Dios para que la bendijese y él, habiendo dicho ciertas oraciones, ahuyentó el ruido de la casa y d:ejó el consuelo a los moradores. Oti-os casos que nos de­ muestran aun más claramente la gran caridad y compasión de este varón santo, reservamos para cuando tratemos de los milagros que obró. Por ahora sólo añadimos que esta compasión se extendía a las criaturas irracionales, a las cuales llamaba hermanas y les tenía níiucha compasión, y parece que ellas le respondían con obsequiarle y obedecerle, como se demuestra en el caso siguiente: Le roigar'on una vez los religiosos de muestro con­ vento de Santa Eulalia, que comiese carne por hallarse tan in­ dispuesto que apenas podía comer, y como el mortificado va­ rón se negase a ello, entró por la ventana un pajarillo y se le puso en la falda del hábito y se dejó tornar por los religiosos quienes lo mataron y aderezaron para que lo comiese con no pequeño sentimiento del varón compasivo. También se sabe que los lagartos se dejaban tocar y tomar- por él sin moverse hasta que los dejaba ir. Coronaba todo este cúmulo de perfecciones y virtudes un singular amor y una cordial devoción a la Santísima Virgen María Nuestra Señora, a cuyo obsequio, culto y veneración, se aplicó el siervo de Dios tan de veras y con tanto afecto de su corazón, que podemos decir que este es el carácter distintivo en el que más resplandece entre todas sus virtudes. Se hallaba ya el varón santo adornado con aquella virtud angelical de la pureza tan agradable a la misma Santísima Virgen, que él mismo dijo en confianza a Fray Sebastián de Esparraguera, que se había conservado siempre Virgen. Este fué el primer tributo y sin duda el más precioso que pudo ofrecer a esta gran Reina. Cuando en las conversaciones familiares habla­ ba de tan divina Señora, era con tanta alegría y gusto, que ponía admiración. Pava celebrar sus festividades 110 sólo se preparaba algunos días antes, sino que ayunaba las vigilias — 70 —

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