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dito, entre otros a D. Domingo de Frago, Maestro Cirujano de esta ciudad, que vive aún y lo oyó referir muchas veces a su padre, que también era cirujano en cuyo tiempo acaeció lo dicho. Las reliquias existentes de este venerable, se conservan en la primera capilla de la izquierda, entrando en la Iglesia, que. en lo antiguo fué de la Virgen de Cleméncia; están dentro de una urna con cristal delante, colocada en un armario que cie­ rra una reja de hierro fija y además su puerta con buena lla­ ve para asegurarlas de semejantes insultos. Aun ahora se con­ serva en esta ciudad muy viva la memoria de las virtudes de Fr. Francisco de Daroca, y muchos visitan su sepulcro y se encomiendan a sus oraciones como a siervo de Dios, especial­ mente los calenturientos y quebrados. Actualmente la urna de que se hace aquí mención, se halla custodiada en el Palacio Episcopal de Huesca, en donde tuvo la amabilidad de mostrárnosla hace unos años el limo. Padre Colón, Obispo a la sazón de aquella diócesis. Indudablemente fué depositada en el dicho Palacio, como en lugar más segu­ ro, con el fin de sustraerla de la furia revolucionaria del ejér­ cito francés que invadió a España el año 1808. En el exterior de esta urna que tiene forma de arquilla, hay una inscripción castellana en letras doradas, donde se lee lo siguiente: Aquí descansan los huesos del venerable Fr. Fran­ cisco de Daroca, Capuchino. Floreció en toda virtud y santi­ dad. Tuvo el don de profecía y el don de hacer milagros en su vida y después de muerto. Vivió muchos años en Huesca, donde murió a 22 de diciembre de 1607. En el interior de ella, juntamente con las reliquias, hay un documento encerrado en un tubito de plomo, en el que da fe de su contenido con las siguientes palabras: “A 20 del mes de enero, año 1664, se colocaron los huesos del venerable Fray Francisco de Daroca, Capuchino, en esta arquilla que mandó hacer don Sebastián Panzano, en agradecimiento de haiber sa­ nado de una quebradura su hijo Ignacio, por la intercesión del siervo de Dios. Colocóse en el arco de la capilla de la Ma­ dre de Dios de Clemencia. Su vida y milagros están en los — 62 —