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su conversación, le convidaba muchas veces a su mesa. Guan­ do estuvo en Valencia, el Beato Juan de Rivera le visitaba con frecuencia y tenía largas pláticas con él. Lo mismo acaeció con el Obispo de Orihuela, D. Andrés Balaguer, religioso do­ minico, insigne en virtud y letras que, como los dos anteriores» le daba muestras de gran estimación. Estuvo en Italia unos treinta años en la provincia de Mi­ lán, dieciocho en Cataluña y otros tantos en Valencia y en todas partes fué el mismo y en todas ayudó eficazmente a la buena formación de los principios de estas provincias de España. Quiso el Señor poner de manifiesto la santidad de su sier­ vo con otorgarle largamente el don de profecía, el de obrar milagros y el de penetrar los secretos de los corazones. ÍTres capítulos dedica, el Padre Llevaneras en su vida del Padre Ig­ nacio a dar1cuenta de un sinnúmero de profecías que hizo y todas las cuales se cumplieron. Y aun son más los capítulos dedicados a narrar los milagros de toda clase que obró, con­ tándolos minuciosamente con pormenores de las personas y lugares donde tuvieron lugar. Dió vista a muchos ciegos, ha­ bla a los mudos, oído a los sordos, sanando también enfermos de toda clase; y como la índole de esto trabajo no consiente descender a dar cuenta de ellos, remitimos al lector a que lea su vida. Con respecto a conocer los pensamientos ocultos era tal la fama, que muchas personas huían de encontrarse con él por temor de que les manifestase sus propios pensamientos aun cuando siempre que lo hacía el P. Ignacio, era natural­ mente para el bien espiritual de los mism'os. Una de las profecías fué anunciar el día de su muerte, y el lugar donde le había de sobrevenir que fué el convento de Orihuela, el día 18 de diciembre del año 1613 como dice la vida o el de 1614, como dice la Biografía Hispano Capuchina. Recibió todos los sacramentos de la Iglesia con gran fer­ vor y devoción y con toda la lucidez hasta el último instante. Cuando cundió por Orihuela la noticia de su enfermedad, uno- de los primeros en visitarle fué el citado Sr. Obispo, que tenía gran amistad con el santo Capuchino. Originóse en este tran- 51 —

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