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en la segunda Misión a Cumaná, donde trabajó con incansa­ ble celo en la conversión de los indios que parecían irreduc­ tibles, hasta que su constancia logró ver sumisa una gran parte de aquellas almas rebeldes. Tuvo don de profecía, pues “predi­ cando en Cumaná pronosticó dentro de ciertos días la destruc­ ción de la ciudad por enemigos forasteros, como sucedió pun­ tualmente” . Murió en el pueblo de Santa María el año 1076. Digno también de mención como el anterior' por su aposto­ lado en la Misión, fué el P. Domingo de Villel. “Religioso me­ morable en la conversión de lo,s indios, sacó muchos de los montes con grandes sacrificios, y fundó corr ellos en el año I 681 la Misión de Santa Cruz de Casanay y diez años después, fundó otro pueblo en las costas del Golfo de Paria, con el titulo de Santa Isabel, doctrinándolo por espacio de ocho años, hasta que en Julio de 1698 murió de una epidemia. Aparecióse a Fray Miguel de Torres el día du la Porciúncula, y le pidió que le ganara una indulgencia, lo cual practicó el Hermano inmiedia- tamente, viéndole después, que le daba las gracias, diciéndolie: “Quédate con Dios, que yo me parto a su gloria". Tampoco debe relegarse ai olvido la memoria del sobredi­ cho Fr. Miguel de Torres. Venerable Hermano lego, que marchó a la Misión de Cumaná el año 1656, cuando los Misioneros re­ gresaban triunfantes a Venezuela. Trabajó en la construcción de la primera iglesia y casa que hicieron los nuestros en Cu- maná, en el cerro del Guácharo, y que se llamó Santa María de Los Angeles del Guácharo; penetró en los bosques par-a sa­ car de ellos a los indios exponiéndose a perder la vida; era do vida muy contemplativa y apareciéronse!« varios Misioneros después de muertos, ora pidiéndole sufragios, ora también avi­ sándole die su partida a la gloria del Paraíso. Murió en olor de santidad el 1699, a los 80 años de edad, con más de cuarenta. de Misionero, obrando en vida y después de muerto muchos milagros. También fué religioso de mucho mérito el P. Agustín de Frías, quien juntamente con el P. Carabantea marchó a la Mi-. — 351 —