BCCCAP00000000000000000000140

porque se sustentaban de carne humana, los cuales son muy conocidos, y temidos con el nombre de caribes; la mayor di­ ficultad que entre otras muchas tenemos, es el que hagan lu­ gares para vivir muchos juntos, a lo cual son más opuestos ' y rebeldes que a convertirse a nuestr'a santa fe; no es hasta ahora más el número de los convertidos; de los muertos ya bautizados llegarán a mil, y los más murieron siendo niños, con que el fruto fué seguro, pues murieron con la inocencia y gracia bautismal. Puede y debe tenerse por fruto grande y singular de esta Misión la de cuatro ministros del demonio, que como tales tenían engañados a los pobres indios y eran embar'azo grande para su conversión; ahora convertidos y penitentes ayudan a los Ministros del Evangelio a la conversión ,y salvación de las almas, y con este remedio ha dado Dios salud a muchas almas con el trabajo y predicación de sus enemigos y también con la conversión se espera mucho fruto, por ser para aquellos bárbas-os su ejemplo de eficaz predicación, con que se multi­ plican cada día los frutos de la Misión; sonlo muy grandes la conversión de cinco Príncipes de provincia, a quienes los indios llaman caciques, los cuales, después de bien dispuestos, recibieron la gracia con el santo bautismo y dieron a Dios la obediencia y ahora a la Sede Apostólica no sólo con la pala­ bra, sino con la obra. Este ejemplo ha sido tan eficaz, que cada día se convierten muchos a nuestra santa fe, y con la a(yuda de Dios esperamos que en breve tiempo se han de con­ vertir muchos. Omito referir muchas conversiones maravillo­ sas y omito también muchos prodigios sucedidos, por no cansar. Otro fruto grande procede de esta Misión, y es que varias naciones de indios infieles, que han oído las voces del evan­ gelio de las personas que han estado en la Misión referida, hallándose impedidos para venir a nosotros y a los lugares ya formados donde moran muchos, ya como no pueden venir por la mucha distancia y por otras muchas diferentes causas, piden con instancia grande obreros del Evangelio para sus provincias; del número de los pretensores son los indios infie— 346 —