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muchos, y lo declaraban por raros modos y con señales ri diculas, Las mujeres eran obligadas a ayunar cuarenta o cin cuenta días con grandísimo rigor para poderse casar y para ser fecundas y tener hijos juzgaban por forzoso el ayuno; pero enseña la experiencia que eri ellas para este fin no es necesario. Y por esta causa y usar 1 de muchas mujeres, no los pudiera sustentar la tierra, ni cupieran en ella; pero con los contagios frecuentes se minoran más que mucho y cuando entramos la primera vez a explorar aquella tierra, la inclina ción y ánimo, se hallaron antes que nos dejaran vivir en su tierra, haber muerto con la peste innumlerable gentío, en tanto grado, que de cien personas, apenas quedó una. Los difuntos los enterraban los parientes en sus mismas casas, celebrando el entierro llorando y dando grandes voces los parientes del difunto; los amigos cantan los hechos ma yores del muerto; por aniversario abren las sepulturas y queman los huesos haciendo grandes convites y diversidad de bebidas V el fin suele ser una confusión. Cuando muere algún capitán o príncipe, tienen por costumbre matar a uno por vengarse de la muerte del difunto. Entre los indios ca ribes, si muere algún príncipe de su nación, matan a la mujer más querida del difunto y la entierran con él. En estas na ciones nunca se ha visto escritura ni testamento, porque ig noran el arte de escribir. Aborrecen mucho la posesión de los bienes que los parientes (cuando vivían) usaron. Los ca ballos y animales del difunto los mataban y enterraban con él; otros los daban a extraños y nunca a los parientes. Todos estos bárbaros viven sin política alguna, sin tener ni usar minjstr'os de justicia; cuando mataban alguno, el pariente más cercano es obligado a hacer justicia, matando al matador, que viene a ser venganza y no justicia. En lugar de crinas, usan de arco y flechas, con gran destreza, hombres y mujeres; son de grandes fuerzas, de estatura son mayores que las personas de Europa; son muy pacientes y sufridos en los trabajos y enfermedades. Hablan muy poco, tanto que pare ce negligencia, a lo cual les ayuda su lengua que en pocas palabras manifiestan pocas cosas. Son los más pobres de todas - 342 —
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