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segunda vez con el buen olor de sus virtudes. Y con el fin de adelantar diariamente de virtud en virtud, fue celosísimo de la observancia regular y parco en la comida, frecuente en los ayunos y asiduo en la oración, humilde y despreciable a su vista, pero no así a la de los demás. Nunca se dispensó de lomar la disciplina diaria, castigan­ do su cuerpo y reduciéndolo a servidumbre con flagelaciones crueles y sangrientas: principalmente en los viernes en que meditaba con mayor devoción los misterios de la Pasión del Señor, se abrasaba de tanto amor a Jesús crucificado, que gol­ peaba atrozmente su cuerpo con un instrumento de hierro. No contento con los años pasados en Africa, quiso también ir a América, y fué al Brasil, como nos dicen los manuscritos, sin que podamos puntualizar ni el año en que realizó el viaje, ni el tiempo que allí permaneció. Lo que sí parece claro es, que debió estar pocos años en aquella región, porque ocupado todo el Brasil por los franceses por conquista de guerra, como loges inter arma silent, vióse obligado a salir de dicho territo­ rio y sufrir el destierro con grande sentimiento de su alma y contrariedad de su fervoroso espíritu. No se entibió lo más mínimo su celo a causa de la expul­ sión del Brasil, sino más bien se agrandó y acrecentó su de­ seo de propagar la luz del evangelio a los indios que perma­ necían todavía sentados en las tinieblas de la muerte, y con­ forme al consejo de Jesucristo a sus discípulos de ir a otras tierras, cuando son perseguidos y desterrados, dejando el Bra­ sil, con permiso de sus sxiperiores pasó a la Misión en que con tanto éxito trabajaban y evangelizaban los Capuchinos de su provincia de Aragón en el Reino de'Cumaná, a donde llegó felizmente el año 1690. Aquí trabajó durante diez y siete años de incesantes sacrificio^, penalidades y trabajos, como el sier­ vo bueno y fiel del evangelio, multiplicando los talentos que había recibido de su Dios y Señor. De su actuación en Venezuela sólo hallamos breves noticias en la Relación del P. Torrelosnegros (1); dice así: “ San Juan . Evangelista .— 'Esta conversión tuvo principíio el año 1697, a (1) Lodares, t. II, pág. 122. — 333 —