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Esta conversión (pueblo de indios convertidos), fué fun­ dada desde su primera planta por nuestro M. R. P. Francisco de Tauste, uno de los primeros operarios, Prefecto que fué de estas Misiones, quien con su gran celo y ejemplar vida les dió muchos aumentos; imprimió un vocabulario del idioma de los indios, que después ha servido de gran alivio a las Misio­ nes. Murió en Santa María de Los Angeles con mucho dolor de los naturales, por lo mucho que le amaban’’. “Esta Misión como las anteriores, se erigió en parroquia y entregó al Ordinario en el año 1712, y fué administrada por clérigos seculares hasta el de 1754. que se entregó a nuestros religiosos, casi destruida, en virtud de la citada Real Orden de Su Majestad.” Muy pronto se dice que el P. Francisco formó el pueblo de San Francisco de Chacaraguar, pero es casi increíble el trabajo y sacrificio que costaba a nuestros Misioneros la fun­ dación de los pueblos, pues lo primero que debían hacer era sacarlos de los bosques, después construirles las viviendas, aunque pobres, y por último debían hacer con ellos todos los oficios a fin de enseñarles a trabajar y vivir y sobre todo en­ señarles las verdades de la religión católica. Cuán costoso sea todo esto, nos lo describe el P. Olivares en su Memoria sobre las Misiones de Los Llanos de Caracas, de la cual hace un extracto el P. Lodares (1). Dice asi: “ En estas expediciones (las que se hacían para sacar los indios de los montes), se suelen gastar por lo menos dos meses, y algu­ nos años, tres y más, en cuyo tiempo se padecen increíbles trabajos, fuera de los malos ratos que ocasiona lo áspero v desapacible del clima. “Hay que cruzar ríos caudalosos, caños y zanjones inson­ dables, quebradas peligrosas; pasar lagunas y pantanos dila­ tados a pie, con el agua a la cintura, al pecho, al cuello muchas veces, siguiéndose después de esto montañas y breñales espe­ sos, espinales tupidos de donde salimos deshechos... Y todavía se hacen más penosas por la incertidumbre del (1) T om o I, pág. 220 y siguiente. — 315 —