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de los bosques y morir el año 1693 según dicen los manuscri­ tos y el mismo P. Lodares. Antes de morir y sin que fuera ya posible evitar la mor­ tífera acción del veneno, supo de ciencia cierta quién había sido el que se lo había propinado, y a imitación del Divino Redentor, que desde el madero de la cruz pidió a Su Eterno Padre, perdón por los que le crucificaban, el siervo de Dios 110 sólo le perdonó y pidió al Señor le perdonase, sino que estando er.< el lecho de la muerte, le acarició y agasajó cuan­ to pudo y le prodigó especiales demostraciones de amor, que­ dando todos maravillados y sumamente edificados. Acaeció su preciosa muerte en el pueblo de San Antonio de Guaypana- guar por el mes de Octubre del año 1693 — 309 —