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desafecto a la fe cristiana, sino porque temía caer en pecado después de recibir el santo bautismo y condenarse. Llegado a la postrera enfermedad envió a llamar al P. H íja r, pidién­ dole el bautismo, que recibió con extraordinaria devoción; y poco después murió. En premio de esta acción, los indios pa­ rientes del muerto, dieron veneno al santo Misionero, con el cual cegó al momento, y después de su frir grandes dolores, murió perdonando a sus enemigos, en el mes de Aibril del año 1690. Aunque con distintas palabras, coinciden en estos con­ ceptos tanto el P. Anguiano como los manuscritos de Milán. — 307 —