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paganda Fide, que el P. Fr. Francisco volviese al Gongo, y con el mayor número de religiosos, como fué, llevándole al Rey una corona bendita de su mano y muchas reliquias. Asi­ mismo, teniendo varias noticias de que el reino del Benin de­ seaba reducirse a nuestra santa fe, instituyó nueva Misión para él, de religiosos nuestros españoles, y nombró por Pre- ¡ocio de ella al P. Fr. Angel de Valencia. “Vino dicho Padr'e a España para disponer la embarcación y el avío necesario, a que cooperó nuestro piadosísimo Mo­ narca Felipe IV, con gran celo y magnificencia real. Los com­ pañeros habían de ser doce, según el decreto de la Sagrada Congregación; pero por haberse dedicado piadosos a servir a las apestados en el contagio que hubo en el año 1051 en que perdieron la vida muchos hijos de la provincia de Valencia (a la que se había encomendado esta Misión), sólo pudieron pa­ sar al Benin los religiosos siguientes, con el Prefecto. Estos lueron los PP. Fr. Tomás Gregorio de Huesca, Fr. José de Gi- jona, Fr. Eugenio de Flandes, Fr. Bartolomé de Viana y Fray Felipe de Híjar, iodos predicadores; y los Hermanos, Fr. Gas- par de Sos y Fr. Alonso de Tolosa. Partieron en Cádiz en un navio holandés, que ¡fletó cierto capitán español por su cuen­ ta, y se hicieron a la vela el día 1 de Febrero de 1651 “ Enderezaron dichos Padres su viaje a Ganarías, y desde allí a Goto, puerto que dista de la corte del Benin como diez leguas...” En algunos pueblos de gentiles donde se- veían obligado» a parar y morar durante algunos días, se ocupaban en cate­ quizarlos en las verdades de la religión y los recibían con tanto júbilo, que les hacían muchas instancias para que se queda­ ran con ellos. “Ordenaron una procesión con un santo crucifi­ jo, dice el P. Anguiano, por las calles, cantando letanías y loores al Señor, que por ventura fueron los primeros que en aquel pueblo se habían dado hasta entonces. Apenas comenzó la procesión, cuando la gente del pueblo, sin citarla, se fué si­ guiendo en ella; ejecutando cuanto veían hacer a los religio­ sos y cristianos. Acabóse la procesión y los gentiles admira­ dos y compungidos de lo que vieron, se juntaron en su Ayun— 302 —

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