BCCCAP00000000000000000000140

indios cuya vida espiritual y salvación eterna se esforzaba en procurar. Apenas terminados sus estudios e instituido predicador, sintióse llamado del Señor a la conversión de los infieles, y el año 1680, contando 32 años de edad pasó a Cumaná, donde empezó su apostolado y sagrado ministerio en compañía de aquellos venerables y primeros Padres que fueron, a aquellas Misiones. El Padre Lodares dice: (i) “ Era entonces (cuando el P. Ca­ mbantes tomó el hábito capuchino) Guardián del convento de Tarazona el P. Miguel de Albalate, que pasó a las Misiones de Cumaná en 1680. Nada menos cierto, habiendo ido el Pa­ dre Miguel a Cumaná, como queda dicho a los pocos años de terminada su carrera. Además es un evidente anacronismo, pues el P. Cambantes es mucho más antiguo que el P. Miguel, pues cuando éste tomó el bálbito capuchino, ya el P. Car'aban- tes estaba de Misionero en Cumaná. El P. Miguel de Albalate, que era Guardián 'y Maestro de novicios cuando tomó el há­ bito el P. Cambantes, es aquél de quien hemos hablado en la primera parte de esta obra, y que fué muchas veces Guar­ dián y Definidor- Provincial. Nuestro P. Miguel no debió tener ningún cargo en la provincia. Como los indios vivían diseminados por los bosques, no era posible catequizarlos, e instruirlos en las verdades de la Reli­ gión, y menos cuidar de ellos el Misionero en la debida for'ma, si primero no se uniarr varias familias formando una pobla­ ción, y por esto se hacía necesario que el Misionero entrase en los montes, en donde hacían vida completamente salvaje, les hiciera patente la necesidad y conveniencia de reunirse en un lugar y formar un pueblo. Nuestro P. Miguel movido del celo por el bien de aquellos infieles, entró también por los bosques y logró convencer de la necesidad de agriparse a varias familias de la misma len­ gua, y al cabo de un año de su llegada a Cumaná, formó con ellos un pequeño pueblo, con unas pobres chozas de barro (1) Tom o III. capítulo X, Nota pág. 170. — 291 —

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz