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ra »España a los Capuchinos sin dejarles arbitrio en la ejecu' ción, les hizo tanta fuerza el perjuicio, que resultaría a las. reducciones de indios, y juntamente ver el general desconten­ to que mostraban lo mismo los indios que los españoles de aquellas provincias, que resolvieron no dar cumplimiento a la Real Cédula, sin representar a Vuestra Majestad las razones, tan justas que había en contra de dicha orden. Todo lo cual manifiesta una verdad continuada, una ne­ cesidad urgente, un vivo clamor común, sin haber descubier­ to ni oído ninguna contradicción; entienden los de este voto que se halla el Consejo con todos los informes que por la última Cédula de 28 de Octubre de 1660, se pidieron al Obispo y Gobernador referidos; y así los que han podido informa;' escriben con tanta aprobación y afirman que, si desaparecen de aquellas reducciones estos religiosos, se descompondría y perdería lo trabajado, exponiendo a los numerosos indios qu-* están reducidos a que se vuelvan a los montes. No se necesitan, pues, más noticias para tomar la última determinación en este punto; pues todo cuanto lian obrado es tos religiosos, desde el principio hasta ahora, lo han hecho con ardiente fervor, sin reparar en peligros ni incomodidades;: y atropellando riesgos, se han entrado tierra adentro y conse­ guido la reducción de tres pueblos y han edificado iglesias con millares de almas convertidas. Además, han facilitado la entrada de los españoles en Los Llanos, donde hacía cincuenta años que por las guerras no se había podido penetrar, ni estaban seguros los españoles que habitaban aquellas provincias, y es digno de fijar mucho la atención de Vuestra Majestad en esto, pues no es otra cosa lo que estos religiosos están obrando, sino descargar la concien­ cia Real de la obligación y carga con que posee aquellas pro­ vincias, por medio que no le es costoso, y sí de mucha utilidad. Considérese también que, a pesar de tantos años como hace que hay residencia de religiosos en Caracas y Cumaná, de di­ ferentes religiones, no se sabe que ninguna de ellas haya in­ tentado esta conquista espiritual; y aunque el año 1656 fueron religiosos del Abrojo a los Cumanagotos, no. han avisado nada — 280 —

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