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do y se consigue en aquellas reducciones; y suplican que se les permita a los religiosos que están allá, retirarse a sus pro­ vincias de España y en caso de que deban perseverar, se dé a este asunto iforma estable y permanente, para que puedan trabajar sin recelo de novedades, y piden con grande instan­ cia se dé pronta resolución. Realmente, desde el año 1650, en que llegaron los primeros Capuchinos a la provincia de Cumanagotos donde hicieron mucho fruto, hasta el presente, han sido muchos los beneficios espirituales que se han ido consiguiendo mediante estos reli­ giosos en la conversión de los indios de aquellas provincias, y consta que si Fr. Francisco y sus compañeros no se que­ daron en la isla de Granada, fué por estar ocupada por los franceses y serles preciso buscar otro lugar donde ejercer su ministerio. Estableciéronse entre los Cumanagotos, y en poco tiempo fundaron tres poblaciones, y sin embargo, el Consejo, apoyado en los informes que recibió les mandó regresar a Es­ paña. Juzgó entonces como caso de conciencia defraudar a los indios del fruto espiritual, y los mandó volver de las Indias. Ahora nos encontramos también en caso semejante y aun­ que falta el informe del Señor Obispo de Puerto Rico, a quien se pidió que diera su dictamen, y no siendo posible obtenerlo por haber muerto, podemos suplirlo con lo que dicen estos religiosos, que afirman haber obrado siempre de acuerdo con dicho Prelado; que han bautizado más de 400 niños, sin contar sesenta que han muerto y que tenían señalados sitios para cua­ tro poblaciones tierra adentro y se hubieran llevado a efecto, si no hubieran sido llamados los religiosos y muerto el Señor Obispo. Que los referidos Misioneros dicen la verdad, se comprue­ ba por las cartas de los Cabildos y del señor Gobernador de Caracas V aun del de Cunianá D. Juan Bierma y Carbajal, que ha llegado recientemente; además que, siendo muerto el Señor Obispo de Puerto Rico, no se atreverían los religiosos a invocar el testimonio de este Prelado, si no estuvieran seguros de ello. Por otra parte, habiendo Vuestra Majestad mandado a los -dichos Gobernadores de Caracas y Cumaná, que embarcaran pa— 279 —

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