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V NUEVAS CONTRADICCIONES Y NUEVO TRIUNFO DEL P. MAGALLÓN “Es ciertamente desalentador para el pobre Misionero, dice el P. Lodares (1), el pensar que en su camino de sacrificio ha de tropezar con obstáculos muchas vteces '¡insuperables. La primera expedición de Misioneros Capuchinos se encontró con un Gobernador que oprimía a los indio« con tributos y ga­ belas excesivas, y por que los Misioneros, defensores natos de los indios, le hicieron alguna observación, pidió al Rey que los mandase retirar.” Ocho años después llega la segunda expedición (de que hemos hecho mención en el párrafo anterior); y porque los Misioneros predican la moral cristiana y reprenden los v i­ cios, otro alto personaje de Caracas, que no nombra el Padrs Tausie, pide también que los Misioneros vuelvan a su con­ vento, y supo pintar las cosas con tan vivos colores, que con­ siguió, si no lo que deseaba, porque otros más fuertes que él se opusieron, al menos logró que Su Majestad despachase una Real Cédula en este sentido el 25 de Septiembre de 1660, o sea a los dos años de su llegada a la Misión. Este personaje de cuenta, que vivía mal, molestado de la predicación de los religiosos, escribió secretamente al Consejo Real diciendo que estos Misioneros, en vez de entrar a la re­ ducción de Jos indios, se habían venido a las ciudades con eí pretexto de dar misiones y sería mejor volviesen a los conven­ tos de España. Llegó esta carta a Madrid al mismo tiempo que otra d3 nuestro Prefecto de la Misión, en que pedía al Consejo de Indias se les diera permiso a los Misioneros de Cumaná para1 quedarse con sus hermanos en la provincia de Caracas, ya que era imposible entrar a reducir por entonces a los indios Cu- managotos, por hallarse en guerra con los españoles (1) Los C apu ch in os en V enezuela. T om o I, pág. 44. — 277 —

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