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A consecuencia de tan felices resultados de las misiones predicadas por nuestros Misioneros ante los Cabildos eclesiás­ tico y civil, acordaron pedir al Rey nuevos Misioneros Capu­ chinos para la reducción de los indios de Los Llanos de Ca­ racas, y acogiendo el Rey Felipe IV con agrado esta petición, expidió el Real Consejo una Real Cédula por la que se orde­ naba fueran a Venezuela otros seis Capuchinos. Estos fueron todos de la provincia de Andalucía y eran los siguientes: Pa­ dre Rodrigo de Grai.ada, Presidente de la expedición; P. Emi­ lio de Sevilla, P. Pedro de Béjar, P. Antonio de Antequera y los Hermanos Bartolomé de Pamplona y Nicolás de Rentería, todos los cuales llegaron a últimos del año 1658 y se agrupa­ ron con los que estaban allí de la provincia de Aragón, que­ dando todos ellos bajo la dependencia del P. Lorenzo de Ma- gallón. Mientras los PP. Carabantes y Tauste predicaban en las villas V poblaciones de Cumaná y Caracas, se unieron con el Padre Frías que estaba en la residencia de Cumaná, el P. Lorenzo de Belmonte y el Hermano Fr. Miguel de Torres, recién llegados de España, y el P. Magullón se trasladó a la capital de Ve­ nezuela para de allí dirigir y gobernar mejor a sus súbditos. ¿Quién había d? sospechar que estas misiones emprendi­ das por nuestros Misioneros en las poblaciones españolas de Cumaná y Caracas, con un fin tan elevado y con tanto éxito y contento de la inmensa mavbría de la población y de las autoridades, había de ser causa y origen de que el Real Con­ sejo de Indias ordenase la vuelta de los Misioneros a España? Pues así fué, como lo vamos a ver en el siguiente párrafo. — 276 —

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