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P. Antonio de Monegrillo no volvió sin que tengamos más noticias de él. Se reunieron en Madrid; y arreglados todos los despachos, pasaron a Cádiz, a fin de salir en ios primeros galeones qu3 partieran para las. Indias; pero no habiendo pasaje para todos, mandó el P. Lorenzo que se embarcara el P. José de Camban­ tes con los PP. Francisco de 'Fauste y Agustín de Frías, que­ dándose los otros tres esperando buque. Llegaron los últimos a Cumaná el 7 de Enero de 1658, después de haber sufrido en los últimos días una horrorosa borrasca, librándose del nau­ fragio por la intercesión de la Inmaculada Virgen a la que invocaron en ese trance. Tanta como fué la tristeza y el sentimiento de los habi­ tantes de Cumaná, cuando vieron salir a los Capuchinos de aquellas Misiones para volver a España, otro tanto y aun ma­ yor fué la alegría y el contento de los mismos al llegar otra vez los Capuchinos a la ciudad. Fueron recibidos con grandes muestras de regocijo por todas las clases sociales, especial­ mente por el Gobernador D. Pedro de Brizuela, que había tra­ bajado muchísimo ante el Real Consejo de Indias para lograr esta Misión; estableciéronse en la villa de Cumanacoa, donde fundaron una residencia provisional, para comenzar desdo allí las gestiones encaminadas a cumplir su fin principal que era reducir a los indios de aquella región, entonces bastante numerosos. En la provincia de Cumaná que se había designado a los Capuchinos aragoneses, como teatro de operaciones, había cinco poblaciones españolas; Cumaná, la más antigua, nume­ rosa y principal de la provincia, con unos 300 vecinos; Cuma­ nacoa, cerca de Cumaná, con treinta vecinos; Cariaco, con 16 vecinos; Nueva Barcelona llegaba a 50 vecinos; y Cumana- goto en la desembocadura del Nuar'e. Todos los demás ha­ bitantes de Cumaná eran indios salvajes que vivían en los bosques, y cuando llegaron nuestros Misioneros, dice el P. Ca­ mbantes, que era uno de ellos, “estaba toda esta tierra por todas partes hecha un hervidero de guerras entre indios, v no dejaban vivir a los españoles; los vecinos de Cumaná, se — 273 — 18

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