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porque despertándose a todas las horas de la noche, cuando sonaba la hora en el reloj rezaba la salutación angélica y alababa a Dios. Fué también muy solícito en guardar la pureza de su con­ ciencia, ejecutando aun las acciones más pequeñas e insigni- fioantes con la misma cautela con que las personas perfectas y aprovechadas suelen practicar las acciones más importan­ tes; examinaba su conciencia con gran cuidado y diligencia, como si se tratara de un pecador y ponía toda solicitud en purgar y limpiar su alma de las manchas y faltas que podíait afearla en la presencia del Señor, pudiéndose de aquí conje­ turar cómo brillaría su alma por la claridad de la conciencia. Su devoción al Santo Sacrificio era tal, que todos los días ayudaba a ¡Misa no una sola, sino tantas cuantas se le ofre­ cía ocasión, sintiendo en el ejercicio de este ministerio una suavidad y dulzura inefables. Su penitencia corría pareja con su devoción y con la pu­ reza de conciencia, pues además de las mortificaciones y disci­ plinas comunes de la religión, durante muchos años llevó en lugar de cinturón, una cuerda erizada de puntas de hierro y otros instrumentos de mortificación con los que tenía a su cuerpo extenuado y crucificado. Mientras desempeñó el oficio de portero en el convento de Zaragoza, recibía con suma caridad y benignidad a cuantos llegaban a la portería, principalmente si eran pobres, y antes de suministrarles el sustento conveniente y remediar su ne­ cesidad corporal, trabando conversación con ellos acerca de las cosas divinas y de las verdades de la religión cristiana, con la dulzura de su conversación los excitaba maravillo­ samente al amor de Dios. Cierto día en que acudió a la portería del convento gran multitud de pobres, habiéndose ya acabado el pan destina­ do para la limosna, acercóse al último un pobre aun más pobre que los demás, que parecía el mendigo Lázaro de quo nos habla el Evangelio, y moviéndose a compasión el siervo de Dios y para que no faltaran a aquél como faltaron a éste algunas migajas de pan, fué al refectorio, extrajo de - 251 —

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