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P. MIGUEL DE SESSA Fué el P. Miguel el primer Misionero aragonés que marchó a la Misión del Gongo en el occidente de Africa en la expe­ dición que el venerable Fr. Francisco de Pamplona condujo a aquel país el año 1645, por encargo del Sumo Pontífice, la cual estaba compuesta por capuchinos españoles de las c&istintas provincias y de otros italianos, cuyo Prefecto fué el P. Buenaventura de Alesano, de la provincia de Boma. Verdad es que los Misioneros capuchinos españoles no pu­ dieron establecerse y arraigar en el Gongo y en general en el Africa Occidental, como en las Misiones de América y en especial de Venezuela; mas no por eso podemos omitir la memoria de algunos que lucieron el sacrificio de lanzarse por aquellas inhospitalarias tierras en busca de las almas que Jesucristo redimiera con su sangre, uno de los cuales fué ei P. Miguel. De este siervo de Dios encontramos en los manuscritos ds Milán las siguientes noticias: “La provincia de Aragón, ma­ dre fecunda de perfectos y santos religiosos, nos presenta en primer lugar al P. Miguel de Sesa, sacerdote, varón cons­ picuo e ilustre por la probidad de su vida y por sus machas virtudes, las cuales no es necesario ensalzar con redundan­ cia y elegancia de palabras, sino comprobarlas y confirmarlas con la narración sencilla y escueta de sus obras ” Era religioso muy mortificado y de una abstinencia con­ tinua, en cuyos padecimientos encontraba verdadero conten­ to y alegría; afligía su carne co;i frecuentes y rigurosos ayu­ nos. castigando su cuerpo, a imitación del Apóstol y redu­ ciéndolo a servidumbre con asperísimas disciplinas y azo­ tes. Tan ferviente en la raridad para con Dios y el prójimo,

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