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lado los capuchinos aragoneses por espacio de cerca de dos­ cientos años. (Lodares, Tomo 1.°, página 163).” “Más de siglo y medio, dice el P. Lodares a este propósito (1), había transcurrido; desde que ti Almirante Cristóbal Colón había descubierto las costas de Tierra Firme (24 de Agosto de 1498), y aun no estaban formalmente organizadas las Misio- nes en terreno venezolano, a pesar de que ya había religiosos- de diferentes Ordenes en algunas ciudades de las antiguas Colonias. Estaba reservada esta empresa al venerable siervo de Dios Fray Francisco de Pamplona, noble español, hijo del conde: de Redín, soldado valeroso, general de los ejércitos y almiran­ te de la escuadra española en las Antillas y golfo de Méjico,, quien cambiando todos sus honrosos títulos por el humilde hábito capuchino, se hace Misionero y consagra todas sus. energías a la conversión de los indios infieles. Fué primero Misionero en el Africa, después organizó una Misión en Darién (Panamá) y en 1650, preparó la reducción, de los indios de Venezuela. Una detallada relación que el P. Simón de Toi'relosnegros,. Prefecto de la Misión de Cumaná, presentó el año 1780 al Vi­ sitador, comienza así: “Entre los muchos viajes que el venerable Fr. Francisco- de Pamplona, llamado en el siglo D. Tiburcio de Redín, hizo a las Indias Occidentales, «tiendo capitán de la Armada, le. sucedió que, hallándose falto de víveres, fuera a buscarlos fi­ la isla de Granada, que estaba poblada de sólo indios natu­ rales, de los cuales recibieron grandes agasajos y los pro­ veyeron de todo lo necesario para continuar el viaje, que­ dando muy agradecido el venerable e ¿lustre varón D. Ti- burcio de Redín a este beneficio y pensaba después que se- hizo religioso, cómo podría él pagar a los isleños gentiles lo­ que le habían hecho, y le pareció que era la más adecuada recompensa procurarles la luz del Evangelio ñor medio do una Misión; no le fué difícil organizaría, debido al favor que? (1) Lodares, T. I o, págs. 23 y 24. — 242 —