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la traza y el proyecto conforme al cual debían edificar el convento según las normas de la más estrecha pobreza, del mismo modo que los fundados en Cataluña, y estableció la norma y el rigor de vida que debían observar en los conventos que en adelante se fundasen. Este primer convento fundado en Zaragoza se levantó a una pequeña distancia de la ciudad y hacia el lugar que todavía conserva el nombre de carretera de Capuchinos. Estaba dedi­ cado a San Juan Bautista. En los manuscritos antiguos se le llama el Convento de las Vírgenes, sin que nos sea conocido el por qué de tal nombre. El año siguiente, 1598, el P. Juan, terminado su oficio de Provincial de Cataluña, fué enviado a Zaragoza con el cargo de Custodio y título de Comisario, a fin de que continuara en Aragón la obra de las fundaciones de Conventos que con tan buenos auspicios había comenzado y con tanto acierto había llevado a calió en Zaragoza. El año siguiente, 1599, fundó el segundo convento de Ara­ gón, en Tarazona, y el año 1600, el tercero, en Calatavud. Este mismo año, en el Capítulo Provincial celebrado en Cataluña, al que asistió como vocal, fué de nuevo reelegido Custodio de Aragón y se nombraron los guardianes de los conventos. El P. Luis de Valencia, Guardián de Zaragoza; el P. Roque de Barbastro, Guardián de Tarazona, y el P. Miguel de Valladolid, Guardián de Calatavud. El año 1602 se fundó el convento de Huesca, siendo su pri­ mer Presidente el P. Francisco de Fuet, y el año 1605, el de Caspe, cuyo Superior fué el P. Francisco de Peñarroya. El Capítulo General celebrado en Roma este mismo año de 1605, en él qué salió electo General el P. Silvestre de Asís, te­ niendo presentes los progresos de la Orden en España, tanto por lo que afectaba a la multiplicación de conventos, cuanto al aumento de vocaciones a los Capuchinos, determinó nombrar un Comisario General con facultad de formar dos nuevas pro­ vincias capuchinas, una con los conventos de Valencia y otra con los de Aragón. Con esta comisión fué enviado por el P. Ge­ neral un religioso llamado Buenaventura de Catanzaro. Mas — 17 —