BCCCAP00000000000000000000140

.lud, que, aun en tiempo de enfermedad y cuando más alivio necesitaba en los últimos años de su vida, quiso observar siempre la vida común y pobre, sin privilegios ni singula­ ridades en la comida, en el vestido y en todas las otras cosas que se referían a su uso particular, cuidando seriamente en uno y otro caso que siempre hubiera y resplandeciera algu­ na señad de pobreza en las cosas que usa'ba aun las más ne­ cesarias. Para conseguir estas y otras virtudes no poco contribuyó -en este santo varón su acendrado amor a la oración. Solamen­ te anhelaba por las cosas espirituales y celestiales, y corno su -espíritu bien purificado de los afectos terrenales se elevaba con asiduidad a Dios, su oración venía a ser continua, pasando en este sanio ejercicio largas vigilias de la noche. De aquí procedía que, aun estando la presente vida sembrada de fre­ cuentes enfermedades y dolores, por ser este mundo un ver­ dadero valle de lágrimas y oficina de calamidades y mise­ rias, ninguna de ellas ni de cuantas adversidades le sobre­ vinieron fueron capaces de perturbar la paz y tranquilidad de su alma. En lo próspero como en lo adverso, conservaba la misma serenidad de espíritu. A fin de sujetar el cuerpo al espíritu, lo afligía con poco dormir y cania dura. Y para que los religiosos no advirtie­ ran esta austeridad, sino que pasase desapercibida, para no exponer el mérito de sus buenas obras a la vanagloria, que es como la peste de ellas, escondía dentro del jergón, ya de por sí muy duro, algunos pedazos de leña que le mortificasen su carne durante el sueño. Añadía a esto el vestirse de una loriga de hierro y ceñirse diariamente con un áspero cilicio sembrado de aguijones nuntíagudos, consiguiendo de esta manera que su carne tan maltratada no le provocase con los incentivos de la lujuria. Además flagelaba su cuerpo con tre­ mendas disciplinas, azotándose con tanta crueldad como si descargase sus golpes no contra su cuerpo sino contra un objeto inanimado. Cuentan los manuscritos una visión muy curiosa. Cierto día vió al demonio que estaba en la puerta del coro, obser— 157 —

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz