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FR. SEBASTIÁN DE POZUELO Miembro también de la provincia de Aragón fué Fray Se­ bastián de Pozuelo, el cual nacido de padres honestos y pia­ dosos, füé un varón sencillo, dotado de tal candor y pureza de afina, que parecía no haber pecado en Adán, porque con­ servando unas costumbres incorruptas, no respiraba todo él sino fragancia de la gracia que se había derramado en su al­ ma con las aguas bautismales. Era de admirar tanta compostura y madurez de costum­ bres de un mancebo rudo, de oficio pastor y por lo tanto ocu­ pado en cuidar y apacentar el rebaño. Veíasele imbuido su espíritu de tan grande amor a la virtud y de tan fervoroso afecto y amor a las cosas celestiales que, aun en aquella pri­ mera edad, no pensaba en otra cos¡a que en ofrecerse y con­ sagrarse en holocausto a Dios. Cierto día en que se hallaba solitario en el monte ardien­ do en estos deseos, oyó una voz del cielo que le dijo por tres veces: “Ve al instituto de los Capuchinos, donde recibirás un humilde hábito; allí celarás mi honra y quedarán satisfechos tus deseos”. Ingresado ya en la religión, aquel pequeño .fue­ go de caridad, que aun en el estado secular parecía tener co­ mo innato en su ánimo, creció de modo tan admirable, que llegó a convertirse en una grande llama, abrasando su alma de tal manera, que era atraído hacia Dios con un ardientísimo afecto. Con tanta diligencia cultivó todo género de virtudes, que parecía haber llegado a la cumbre y perfección de todas ellas. Con el deseo de adquirí'' la humildad, no perdonó de poner en práctica medio alguno de cuantos estuvieron a su alcance. Hacía todos los oficios más humildes y los servicios más bajos — 148 —

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