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P. FRANCISCO DE TARAZONA Bien merece figurar en este catálogo de varones ilustres por su religiosidad y virtudes de la provincia de Aragón, el Padre Francisco de Tarazón®, llamado en el siglo Francisco Angulo, de nobilísima familia y de la ilustre prosapia de los Condes de Torrubia, celebérrima en todo el reino de Aragón, de la cual trajo su origen. Tomó por esposa una joven piadosa y adornada de inge­ nuas virtudes y costumbres, llamada doña Hipólita de Agus­ tín, no inlferior a él ni en la nobleza, ni en sus bienes de for­ tuna. Era un matrimonio ejemplar y feliz por la igualdad de su condición, por la semejanza de su santa y ejemplar vida, y por la piedad, y devoción de ambos, entablándose entre ellos una santa emulación sobre quién de los dos se había de aven­ tajar al otro en hacer obras que fueran en mayor servicio de :su Divina Majestad. Corriendo ambos cónyuges en el estadio de las virtudes para alcanzar el premio a ellas prometido, se persuadieron muy pronto, por experiencia propia, de la gran dificultad que para esto había en el siglo, donde las virtudes son como se­ millas arrojadas en tierra estéril y como plantas cultivadas en extraño e ingrato suelo, que por estar destituidas del humor y savia de la caridad, fácilmente se secan y mueren; y por el con­ trario toda gracia y toda virtud, por exigua que sea, en las Orde­ nes religiosas, regada conio está frecuentemente por el rocío celestial, adquiere grandes incrementos por tratarse de un te­ rreno feracísimo y de un ambiente proporcionado, producien­ do espigas de abundante grano. Meditando sobre esto (y hablando con frecuencia), marido y mujer, concibieron el propósito de renunciar al mundo y de — 139 —