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P. ANTONIO DE HUESCA El autor de esta biografía contenida en los citados manus­ critos, da comienzo a ella con esta introducción: “Acometemos, una empresa difícil; nos esforzaremos en vencer y superar lo imposible, al querer narr-'ar la vida y hechos del P. Antonio de Huesca, porque la mayor parte de su vida permanece en la os­ curidad y sus hechos han sido relegados al olvido; y puesto que las cosas y noticias edificantes que nos estimulan a la edi­ ficación e imitación son pocas, vamos a trasladar al papel con brevedad, pero de tal manera que nescientibus fiant cognita- et tarnen scientibus non sint onerosa. Si queremos alabar su vida, son tantas las virtudes dignas de alabanza que resplandecieron en él, que no pueden fácil­ mente comprender'se por los humanos. Cuantos fueron los hombres que le conocieron, otros tantos fueron sus panegiris­ tas; todos a una voz le aclamaban por santo y todos a una con­ fesaban que debía contársele en el número de los elegidos, y ser adscrito en el catálogo de los 'bienaventurados.” De este género es la presente biografía que más bien pa­ rece un panegírico del siervo de Dios, que una narración sen­ cilla como sucede con los demás biografiados. Está escrita en un latín elegante de estilo oratorio, escaseando las anécdotas de la vida del siervo de Dios y revistiéndolas con el ropaje li­ terario, a diferencia de las demás en que el latín es correcto y elegante, pero el estilo es narrativo y descriptivo. Hablando en general, todos cuantos le trataron, observaron en él las siguientes virtudes: sobrio en la comida, muy devoto, de grande pureza en su alma y cuerpo, benigno para con todos y amante de la or'ación en tanto grado, que juntaba los días — . i 24 —