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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 317 jador como san Serafín de Monteyranario, y después de ador­ narlo con las virtudes de nuestros santos y beatos orlaría su frente con la palma de nuestros mártires Fidel (te Sigmaringa, Apolinar de Posat y Agatángelo y Casiano. Y ante esa estatua, formada con la quinta esencia de todas las virtudes capuchinas, quiero ofrecer mi plegaria jubilar'.cin­ cuentenario; y en ella quiero agradecer los beneficios recibi­ dos; quiero evocar fechas pasadas, y quiero... quiero soñar en los tiempos venideros. Agradecimiento.-— Encendido el corazón en las brasas de tus dones, quisiera, Señor, se elevara hasta tu Trono augusto la espiral aromática de la gratitud. Porque diste la existencia jurídica a esta amada Provincia capuchina. Y por las numero­ sas y sólidas vocaciones que desde un princiipo suscitaste en los hogares cristianos que circunda la cinta de sus fronteras. Y por la fecunda vitalidad, con que la dotaste, pues, luego de nacer, y sin tiempo casi para hacerse doncella, la has hecho matrona, y madre de esclarecidas hijas. Y por esa tamizada lluvia de beneficios que a diario dispensas a nuestra Provin­ cia... ¡Gracias, Señor! Evocación de fechas pasadas .— Aquellos dias primeros que en el paréntesis de sus veinticuatro horas encerraron inquie­ tudes y esperanzas, penas y alegrías. Aquel 31 de mayo del año 1900 para no olvidarlo jamás y confrontarlo con el 31 de mayo de 1950. «k La fecha de ayer, fecha de nacimiento; la de hoy, de edad adulta. La de ayer de pasos vacilantes, de laborioso aprendiza­ je,-de tanteos esporádicos; la de hoy, de andar asentado, de maestros consumados, de virtudes consolidadas. La de ayer, época de siembra; la de hoy, otoño de recolección. Estas dos fechas, primera y última cM Cincuentenario, se levantarán gallardas hacia las alturas cual brazos encorvados que se unen. Ese arco triunfal recortará en el lienzo del tiempo este inolvidable paréntesis cincuentenario. y su ojiva■sustenta­ rá abierto a los ojos del Señor el libro glorioso 'de su gloriosa historia. Ensueños .— Pues si los pasos de los padres señalan rutas a los hijos, veo, amada Provincia, que el fulgor de tu mediodía de hoy tan sólo es aurora de tu mañana. Que tus actuales triun­ fos no son más que ensayos para ulteriores actividades. Que las cumbres de virtud y ciencia logradas hasta el presente no pasarán de ser rasero para tus venideras generaciones. Te veo numerosa, con el crecimiento de quienes te buscan en la Escuela Seráfica y Noviciado. Culta y bien equipada con­ tra el error y la mentira, con la aplicación de tus estudiantes

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