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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 311 aparecer como algo pasado de moda e inadaptado; faltaba, en general, en nuestras Hermandades el empuje de la juventud y el estímulo de la acción. Quizá nosotros mismos hemos cedido a esa impresión de inferioridad- En los últimos años la situación va cambiando algo en favor de la Orden Tercera. La creación en Roma del Consejo internacional de la Orden Tercera y del Consejo interprovincial viene a dar mayor unidad y orientación a la marcha de las Hermandades. En las ciudades van hallando nuestras organizaciones terciarias el modo de ejercer un am­ plio apostolado y de dar impresión de vitalidad. Muchos párrocos de los pueblos vuelven a poner los ojos en Ja Orden Tercera, unos por convicción sincera, otros por miras laudablemente interesadas: Ja utili­ dad de contar con la visita periódica de un Padre para el cuidado espi­ ritual de la parroquia. Sobre todo ofrece grandes esperanzas la inicia­ tiva, llevada ya con éxito, de formar Hermandades de Sacerdotes ter­ ciarias- Si esto se consigue en gran escala, la Orden Tercera llegará a florecer de nuevo en las parroquias.