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304 FECUNDA PARENS celebraban en la sacristía de la iglesia de Santa María, y desde 1884 en la hospedería de las Madres Carmelitas. En este año de 1884 empiezan a ponerse en práctica los ejercicios de preparación para Navidad, práctica que llegaría a hacerse habitual, una vez que los capuchinos contaran con iglesia propia, en el tiempo de Cuaresma. Bien fuera por el incremento que tomaba la Hermandad o por difi cultades surgidas, en 1888 se escogió como sede de la Orden Tercera la parroquia del Sagrado Corazón, hoy el Buen Pastor. En esta iglesia con tinuaron con una regularidad constante las funciones y la novena so lemne de San Francisco hasta el año 1933, en que la Hermandad fué trasladada a la nueva iglesia de los capuchinos. La labor realizada por la Orden Tercera de San Sebastián en la primera parte de su historia (1882-1910) se puede conjeturar por las 448 reuniones o juntas ordinarias y extraordinarias que celebró, mas tre ce peregrinaciones que organizó a los santuarios más principales: Loyo- la, Guadalupe, Iciar, Izazcun, el Pilar de Zaragoza, pueblos de Alegría, Andoain, Lezo, Zumárraga y dos veces a Roma. Segundo, etapa. —El 20 de julio de 1909 la Hermandad quedó desli gada del convento de Fuenterrabía y pasó a depender del superior de la residencia de San Sebastián. En esta nueva etapa continúa su vida prós pera y se une a la Hermandad de Fuenterrabía en la organización de importantes peregrinaciones: en 1912 a Oyarzun; en 1913 a Hernani, donde se congregan de cinco a seis mil terciarios. Este año de 1913 fué notable por el número de candidatos que ingresaron: 107 tomas de há bito, 114 profesiones y 27 agregados de otras Hermandades. Dos acontecimientos contribuyeron poderosamente a dar nuevo im pulso a la Hermandad: el Centenario de la Paz de Constantino en 1913 y el Congreso Nacional Franciscano en 1914. Para celebrar las fiestas constantinianas organizó la Orden Tercera un solemnísimo triduo en la iglesia del Buen Pastor los días 21, 22 y 23 de noviembre. En la facha da aparecía una cruz monumental profusamente iluminada; el interior del templo estaba deslumbrador; de lo más alto de la bóveda pendía otra gran cruz con la inscripción iluminada: “ In hoc signo vinces” . Predicó el futuro obispo de Docimea, P. Joaquín de Pamplona; durante la noche del sábado al domingo hubo solemnísima vigilia de adoración nocturna. Fué un grandioso homenaje de fe y adoración a la Santa Cruz, que de jó recuerdo imborrable en San Sebastián. Para la celebración del gran Congreso Franciscano de 1914, organi zaron los terciarios varios actos de propaganda y colectas para allegar fondos para costear el viaje de los congresistas faltos de recursos; con este fin se celebró una velada literario-musical en la capilla del con vento, con la intervención de varios terciarios y de la Schola Cantorum del Colegio de Filosofía de Fuenterrabía. La enorme influencia de la Orden Tercera en San Sebastián se ma nifestó con ocasión de las rogativas a la Virgen del Coro, Patrona de la ciudad, que tuvieron lugar el 10 de octubre de 1915, con el fin de impe-
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