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FECUNDA PARENS Y llegó el imponente Congreso Regional de 1921, que fue por sí solo la mejor propaganda en todos los pueblos de Navarra; la oportuna edi­ ción castellana de la encíclica de Benedicto XV “ Sacra prope diem” y la Crónica del Congreso, profusamente distribuidas, hicieron convencer­ se a muchos párrocos de que la Orden Tercera era el gran medio de con­ servación y regeneración de sus feligresías. La estadística hecha aquel mismo año minuciosamente arrojaba la cifra de 5.868 terciarios en el distrito del convento de Pamplona. En aquel mismo año aparecen las Hermandades de Idocin y Urro/., y se reorganizan las de Vidaurreta y Ollo-dlzarbe. Al año siguiente se funda la de Elorz-Zulueta y se reorganiza la de Mañeru, y en 1923 se fundan las de Salinas de Ibargoiti, Barañáin, Artica, Arraiza, Eguaras y Gulina, con los pueblos próximos; fueron numerosos los señores párro­ cos que tomaron el hábito en ese año. Además se tomaron las de Saldías y Erasun, a ruegos del P. Rector de Lecároz. En 1924 se reorganiza la de Mezquíriz y se fundan las de Linzoáin e Induráin. En 1925, las de Baráibar, Ciáurriz, Erice con los pueblos inmediatos, Artajona, Urdánoz; se reorganizan las de Zuriáin y Arazuri. En 1926 se funda la de Garzarón-Erviti y en 1927 la de Yábar. Huelga advertir que, por mucho que se multiplicaran los Padres de la numerosa comunidad de Pamplona, resultaba excesiva carga la asis­ tencia a tan gran número de Hermandades. En 1927 se acudía mensual­ mente a dieciocho de las Hermandades; a otras cada dos o tres meses; a las restantes cuando llamaba el párroco. Eran en total treinta y siete Hermandades, veinticinco de lengua castellana y doce de lengua vascon­ gada. Desde esa fecha apenas se registran nuevas fundaciones; por el con­ trario, se va reduciendo progresivamente el número de las Ordenes Ter­ ceras atendidas por el convento, en parte por no disponer de Padres suficientes, y en parte por las circunstancias externas: falta de interés en muchos párrocos, la república y la guerra, y aun la propaganda de la Acción Católica, que a los ojos de muchos hacía innecesaria la Or­ den Tercera. En la actualidad no quedan de toda aquella floración más que las siguientes Hermandades en contacto con el convento: Echauri, Espinal, Lizaso, Ibero y Undiano; estas dos últimas de reciente erección. Cordígeros. —‘La archicofradía del Corazón Seráfico fué erigida en 1913 por el P. Joaquín de Pamplona entre los niños de los barrios con­ tiguos al convento. En 1923 fué reorganizada por el P. Eduardo de Le­ garía, quien llegó a agrupar más de cien cordígeros entre niños y niñas. Celebraban su función el segundo domingo de cada mes. Más tarde fué abandonándose. También en Artica se estableció la archicofradía en 1927. Asambleas sacerdotales. —Convencidos los superiores de que el éxi­ to de la Orden Tercera en los pueblos no depende del entusiasmo con que los fieles dan su nombre después de una ¡misión, sino desinterés que

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