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284 FECUNDA PARENS pequeños reglamentos, formalizando las ideas, apenas esbozadas en Alsasua; de aquel año datan las Comisiones Misionales de fiestas, y las composiciones literarias que, bajo la acertada y muy ponderada direc­ ción del M. R. P. Antonino de Caparroso, integraban las reuniones mi­ sionales; una junta respondía de veladas casi mensuales, correspon­ dencia con los misioneros, organización del Archivo Misional y estudios cuasi-apologéticos, como podian pedirse a jóvenes estudiantes de Filo­ sofía entre los 17 y 20 años. Luego se proclamó patrona del movimiento misional a la Virgen Sma., bajo el tíutlo de “ Regina Missionum” . Inicióse la ¡Biblioteca M i­ sional y la suscripción a revistas misionales; en una palabra, el Cole­ gio se saturó de ambiente evangelizador, y se acentuó la afición fila­ télica, “ pro Missionibus” , y la recogida de papeles de desecho, para venderlos e incrementar las limosnas por el Kansu. En el año 1935 el Colegio de Filosofía fué trasladado a Estella; una vez establecidos allí, los estudiantes continuaron con sus preocupacio­ nes misioneras; se preparó y aprobó por los PP. Directores el Regla­ mento misional, por el que desde entonces se rige; y los estudios y fiestas propias se hicieron más conscientes; se acrecentó la Biblioteca Misional hasta 406 volúmenes, bien seleccionados. En el Colegio de Teología de Pamplona había ya cierta organiza­ ción desde 1923: pero hasta 1927 no adquirió su empuje grandioso; en este año se fundó el Banco Misional y se redactó el primer Reglamento misional. La Academia misional nacía en 1934, con su plan de formación científica y sus asambleas periódicas sobre temas de propaganda, de contenido más aproximado a la realidad de la vida misionera como de jóvenes, casi todos ordenandos y subiendo ya las gradas del altar, desde donde se divisa mejor la realidad del sacrificio que exige Cristo Redentor a los que quieren seguirle por caminos sin escenario, sin aplausos y sin estímulos humanos. Son variadísimos los temas trata­ dos en las sesiones de la Academia Misional y en las grandes veladas literarias celebradas por el Colegio de Pamplona, merecedores de con­ servarse reunidos, como prueba de las fecundas ideas que un día darán su fruto en la vida práctica. La Biblioteca Misional de Pamplona está también abastecida con unos 457 volúmenes, donde los estudiantes pueden encontrar elementos suficientes para dar forma a sus perso­ nales entusiasmos y expresarlos con cierta solidez y realismo. La Aca­ demia y el Banco Misional han seguido su desarrollo, aun en circuns­ tancias poco favorables, como la guerra de Cruzada de 1936-1939. A partir de 1942 se acentuó el entusiasmo y adquirió mayor solidez la Academia Misional, y se han preparado espléndidamente fiestas mi­ sionales, sobre todo para festejar a la Divina Pastora, patrona de esta Academia. En los años 1945, 46, 47 publicó un hermoso calendario mi­ sional, que tuvo gran aceptación en el público, calendario refundido hoy en el Antoniano de Zaragoza. Y ya que hemos nombrado la ciudad de la Virgen del Pilar, pa­ trona excelsa de nuestra Provincia, queremos notar que la Academia

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