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282 FECUNDA PARENS el momento a las órdenes del Rmo. P. Comisario de Ecuador-Colombia, para que en el momento oportuno quede la Provincia de Navarra con el Comisariato Ecuatoriano, con miras a extender su apostolado en un nuevo Vicariato Apostólico que se proyecta; y entre tanto, nuestros Su­ periores prepararán nuevas expediciones a la nueva Misión que, sin duda, dará muchos días de gloria a la Provincia y a la Orden. En conclusión, nuestra Provincia religiosa puede hoy, al cumplir los cincuenta años de su vida independiente, acudir a los grandes Co­ misariatos de Chile y Argentina, a la Custodia de Filipinas y a la Mi­ sión naciente del Ecuador, sin abandonar sus hermosas iniciativas para días mejores en la Misión del Kansu, su predilecta. Tiene pues, ade­ más de las Misiones propias de su directa gestión, 13 sacerdotes auxi­ liares en Colombia y Ecuador, a las órdenes de Vicariatos Apostólicos encomendados a Valencia y Cataluña, y al Comisariato actual de Ecua­ dor-Colombia. AMBIENTE MISIONERO EN NUESTROS COLEGIOS Cuando el año 1927, nuestra amada Provincia tomó a su cargo la Misión del Kansu (Pingliang), notóse en seguida una como eclosión de fervores misionales, singularmente en nuestros Colegios de formación; fervor que se renovó cada vez que una de las cinco expediciones or­ ganizadas hasta el presente estimulaba los ánimos ya saturados de am­ biente de sacrificios por Dios y por las almas. Prueba manifiesta del espíritu misionero cultivado entre nosotros desde el principio, y que en los treinta primeros años no tuvo otro derivativo que nuestras m isio­ nes americanas y oceánicas, en zonas ya jerárquicamente organizadas por la Iglesia, aunque en absoluto necesitadas del apostolado misione­ ro de España, y al que acudió la Provincia de Navarra-Cantabria-Ara- gón tan espléndidamente, como acabamos de ver en las páginas que anteceden. Pero al sonar la consigna de evangelizar a los infieles en país de “ Propaganda Fide” , como es la Prefectura china de Pingliang, se cum­ plió una aspiración muy de antiguo sentida y no satisfecha. Como siempre sucede, la alegría, el optimismo., los grandes proyec­ tos misioneros se hicieron más sensibles entre nuestra juventud, y ella fué la que, como en la masa el fermento vivo, se movió dentro de su esfera estudiantil, fundando luego entre los coristas, novicios y seráfi­ cos, Comisiones, Academias, bancos Misionales de oraciones y sacrifi­ cios, venta de sellos usados de correo y estudios de propaganda con fiestas misionales bajo la prudente vigilancia de los PP. Directores; podía hacerse sin perjuicio de la vida escolar y del recogimiento .»spiri- tual, alma de todo ideal práctico. Nuestros tres grandes centros de formación estaban entonces en Alsasua, Fuenterrabía y Pamplona amén del Noviciado en Sangüesa. Los primeros en manifestar sus entusiasmos fueron los niño» se­ ráficos de Alsasua, fieles a su lema vocacional, ser capuchinos, misio­ neros y santos. Con motivo de la salida de la primera expedición para

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