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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 281 mar luego un plantel de misioneros ecuatorianos y, mientras tanto, de­ penderían directamente del mismo Rvdmo. P. General. Todo convenido y a punto de embarcarse con la generosa ayuda eco­ nómica del Obispo de Ibarra, el P. Comisario de Ecuador-Colombia pro­ puso otra solución, sin contar con nosotros, que no fué aceptada, y esto es lo que frustró por entonces nuestra fervorosa ayuda a la Misión ecua­ toriana, con grandísima pena del Sr. Obispo y honda contrariedad de todos. Muy al comienzo de 1941, el P. Provincial de Navarra acudió al in­ sistente ruego del P. Provincial de Valencia que de todos los modos so­ licitaba misioneros para el Vicariato Apostólico de la Guajira colombia­ na; obedeciendo a insinuaciones de Roma, el M. R. P. Ignacio de Pam­ plona hizo una visita personal en Valencia al M. R. P. Estanislao de Guaduasar, para tratar fraternalmente el asunto. Con las bases inicia­ les acordadas en aquella entrevista, el Definitorio Provincial de Nava­ rra ofreció enviar varios sacerdotes en el transcurso de diez años, y desde luego señaló cinco, después de haber solicitado voluntarios; lo cual fué ocasión para manifestarse espléndidamente el espíritu misionero de los nuestros, pues se ofrecieron 42 sacerdotes. Eligiéronse 5, poniéndose a la cabeza de ellos el M. R. P. Ruperto Arizaleta, con los RR. PP. Ber­ nabé de Cáseda y Eugenio de Legaría, ex-misioneros de Guam, más los RR. PP. Camilo de Torrano y Miguel de Arruazu, quienes, con entusias­ mo ardoroso se embarcaron paía la Guajira en 1942, donde hasta el presente trabajan en estaciones misionales de indígenas, excepto el M. R. P. Ruperto, destinado por los Superiores Generales al convento de Pasto (Ecuador) como Superior y asistente de aquel Comisariato. Animado, sin duda, por la gestión del Padre Provincial de Valen­ cia, el de Cataluña acudió en 1943 al Definitorio Provincial de Navarra, pidiendo auxilio para el Vicariato Apostólico del Caquetá. Mucho du­ daron los Superiores en abrir otra nueva corriente de misioneros auxi­ liares, dado el compromiso con la Guajira; por fin se accedió a la de­ manda y se eligieron cuatro Padres entre los muchos voluntarios ofre­ cidos. Fueron los RR. PP. Miguel de Huarte, Nicolás de Gulina, Máximo de Arruazu y Lucas de Iturmendi, que alegres emprendieron el mismo año su largo viaje al Caquetá y allí trabajan en vanguardia entre los indios colombianos. Pero este desbordamiento de nuestro ardor misionero no satisfacía plenamente el ideal de la Provincia; mientras se enviaba la última ex­ pedición al Kansu, el sentimiento común era tener otra misión de Pro­ paganda Fide donde llevar nuestro celo apostólico, en vez de dispersar­ lo por campos extraños a nuestra Provincia, y así tener ocasión de abrir otra vía propia para la vida misionera. Y esto es lo que por fin se consiguió en 1949 por iniciativa de Ro­ ma; se trataba de formar un Comisariato independiente en el Ecuador, y para él se recordó la primitiva tentativa de 1(940, tan lealmente atendida por el Padre Provincial de Navarra. Y es en la diócesis de Ibarra precisamente donde ya se encuentran los PP. Serafín de Lezáun. ex-misionero de Guam, Angel de Uear y Gregorio de Mondragón, por

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