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260 FECUNDA PARENS MISION DE PINCLIANG Aquella carta de monseñor Walleser... El 17 de noviembre de 1924 recibía el Vicario Apostólico del Kansu Oriental, Mons. Walleser, una carta del P. Vicente de Larrasoaña, vete­ rano misionero de nuestra Provincia, quien le manifestaba, de parte de una fervorosa religiosa franciscana del convento de Monzón, llamada sor Francisca del Sagrado Corazón sus deseos de comprometerse a ofre­ cer todas las oraciones y sacrificios por la misión capuchina del Kansu. Esta religiosa, ya difunta, era hermana de los Padres Bernardino, Anto­ nio y Angel de Murieta. A l contestar, muy agredecido, Mons. Walleser, aprovechó tan buena coyuntura para dirigir a los capuchinos vasco-na- varros una insinuante y cariñosa invitación a colaborar con él. Decía así la carta, fechada el 19 de febrero de 1925: “ Cum Vicariatus hic vastissimus sit, multo maiore missionariorum numero indiget quam nunc habemus. Qua de causa optatissimum mihi foret si confratres ex aliis Provinciis netis in auxilium venirent. Cum Provincia tua una ex prosperrimis appareat in Ordine nostro, ex intimo sincerissímoque corde vos omnes invito, ut una nobiscum in hac vinea Domini laboretis. De- cursu temporis, libenter etiam vestrae Provinciae dimidiam partem Vi­ cariatus relinquemus. Cum pars superstes satis superque sit nostrae- Provinciae viribus, velis certiores facere moderatores Provinciae tuae hac de re, et pro viribus excitare tuorum confratrum ánimos in favorem missionis apud Sinenses...” El P. Larrasoaña presentó esta carta al M. R. P. Joaquín de Beriain, a la sazón Ministro Provincial, el cual, después de tratar el asunto en definición, escribía al año siguiente al Rvdmo. P. Melchor de Benisa, recién elegido Ministro General en el Capítulo de 1926, ofreciendo la aportación de nuestra Provincia a la labor de los capuchinos alemane.s, y le decía: “ No ignoro que la misión de China eS de sacrificio y que nada de ventajas materiales podemos esperar de allí, antes sé perfecta­ mente que ha de consumir nuestros escasos ahorros; pero queremos ha­ cer algo por la Iglesia santa en esta lucha titánica contra la gentilidad.” Después de maduras deliberaciones y de tratar detenidamente sobre las condiciones de aceptación con la Provincia Rhenano-Westfalica y con el Vicario Apostólico, podía el P. Provincial dirigir a toda la Provin­ cia una carta circular, fechada el 14 de julio de 1926, anunciando la acep­ tación de la Misión y exhortando a todos los religiosos a que libremente dieran su nombre. Los religiosos de la Provincia respondieron con la mayor generosi­ dad y prontitud. Ahora tendríamos una nueva misión a las órdenes de Propaganda y esta vez entre fieles auténticos y con caracteres de inmo­ lación y de sacrificio, garantía de las mejores bendiciones para la Pro­ vincia. Parcela de difícil roturación La inmensa provincia china del Kansu había comenzado a recibir

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