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244 FECUNDA PARENS ción tendrá mucha importancia, pues Tagaytay, según la planeó el gran Presidente Quezon, habrá de ser la ciudad de veraneo para Manila. La otra fundación, llamada de Santa Teresita, en Quezon City, está iniciada con magníficos augurios, en lo que podría llamarse ensanche de Manila, aunque ya forme municipio independiente de ella. Esta funda­ ción debió su origen, en plena ocupación japonesa, al ofrecimiento hecho al M. R. P. Florencio de Lezáun por los hermanos Araneta, propietarios de gran parte de los terrenos de Quezon City, de una manzana entera en Extramuros, con la condición de construir una iglesia tan amplia como la de Lourdes. Aceptado el ofrecimiento y puesto al habla con el señor Arzobispo, éste erigió allí la parroquia de Santa Teresita, uniéndola “ ple­ no iure” a la Casa religiosa de la Orden. Como las, circunstancias del momento no permitiesen la proyectada iglesia, pudo levantarse un pe­ queño templo en terrenos de los mismos señores Araneta, y ser servido inmediatamente desde las oficinas de los mismos. El R. P. Femando de Erasun, muy práctico en el ministerio parroquial, fué nombrado primer párroco de la nueva iglesia, y al terminar la ocupación japonesa, al mis­ mo tiempo que se realizaban los trámites canónicos para regular la nue­ va fundación, se construyó una bonita casa parroquial. Magnífica ha sido la labor realizada allí por nuestros Padres desde el primer momento. He aquí algunos datos estadísticos de las dos nuevas fundaciones, según las publicó nuestro Boletín Oficial en el n.° 22, del pasado agosto, y que nos dan idea de la labor del año 1948-4^). En Ta-J gaytay, que cuenta ya 5.300 habitantes, se han administrado 207 bau­ tismos de niños y 6 de adultos; 394 confirmaciones; 960 comuniones; 20 matrimonios; 5 últimos Sacramentos; se mantiene una Catequesis de 500 niños, y se celebran misas en todos los barrios, siempre con predica­ ción doctrinal. En Santa Teresita (Quezon City) se han bautizado 1.065 niños, 67 adultos; se han dado 102.500 comuniones; efectuado 161 matrimonios y asistido con los últimos Sacramentos a 28 moribundos. Días de dura prueba La primera que repercutió en nuestra Misión de Filipinas fué la guerra terrible y larga de nuestra gloriosa Cruzada española, debido a lo cual nuestros misioneros quedaron casi del todo incomunicados con los Superiores Provinciales desde 1936 a 1939. La última relación anual recibida está fechada el 21 de mayo de 1936. Pueden apreciarse notables progresos en el apostolado misional, y la fundación de Tagaytay (Cavi- te) de una nueva residencia para la que se pedían recursos de personal: No fué posible acudir a la demanda; nuestra misión se mantuvo bien con sus propios recursos y no podía ayudar en forma ninguna a la Pro? vincia; pero sirvió de intermediaria para enviar fondos necesarios al Kansu, como crédito adelantado que había de reponerse por la Provin­ cia. El número de fieles que vivían atendidos por nuestros misioneros ascendió a 7.761. Acudían a la catequesis 6.060 niños de ambos sexos; se tuvieron aquel año 2.011 primeras comuniones. La escuela propia de

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