BCCCAP00000000000000000000139
CINCUENTA AÑOS DE VIDA 243 valor táctico que expone el P. Torres es que la Orden no tenía en Fili pinas más que una casa y una iglesia p leño iure propias; las demás eran y son casas-parroquias :'ad nutum Episcopi” , que en tanto serán administradas por los párrocos capuchinos, en cuanto no haya sacerdotes del clero secular para regentarlas; en esa situación jurídica estaban la mayoría de las parroquias regentadas por los Regulares; lo cual repre senta una estabilidad muy dudosa condicionada a las circunstancias, que impedí;; a los Superiores invertir tiempo, dinero y energías en la forma ción de Capuchinos nativos. El hecho es que no se fundó la Escuela Se ráfica antes, ni cuando la campaña Pangasinán parecía poder exigirle. Nuevas fundaciones Como acabamos de indicar, de las cuatro Casas que ya han sido ba ses de hermoso apostolado en la Archidiócesis de Manila, una tan jsólo, la de Lourdes, era y lo es aun (aunque en difíciles condiciones, Ipor k> que en el párrafo siguiente relataremos) convento de la Orden con todos los requisitos de una fundación canónica. Las otras, aunque levantadas o casi reconstruidas completamente y embellecidas con magnificencia por el esfuerzo de nuestros misioneros, eran y son en su integridad pro piedad de la Mitra; la Orden no tiene absoluta estabilidad en ellas, y puede ser removida, lo mismo que quien la regente, al arbitrio del Pre lado que utiliza nuestros servicios, para encomendarlos al clero secular. A nadie se le ocultan los inconvenientes de esta precaria situación jurí dica, para la armónica expansión de la Custodia Filipina. Pero, gracias a Dios y a los desvelos de los últimos Custodios, las cosas van tomanjdo rumbo muy diferente, y ya cuenta la Orden en la Archidiócesis con dos nuevas fundaciones, canónicamente erigidas y con carácter estable: son las de Tagaytay en la provincia de Cavite, debida a la iniciativa de 3jf>s MM. RR. PP. Félix de Igúzquiza y Florencio de Lezáun, y la de Que»m City. El primero, al finalizar su trienio (1936-39) adquirió los terrenos de Tagaytay, y el segundo realizó las obras, luego de haber tomado po sesión de su cargo. La nueva casa, estilo chalet vasco, tiene inmejorables condiciones para el fin a que la destinaron sus fundadores, que era servir de lugar de reposo, salud y retiro a los religiosos enfermos o agotados por el ener vante clima de la ciudad y por las faenas ininterrumpidas del ministerio parroquial. Además de estar situada la fundación en una montaña de temperatura deliciosa y espléndido panorama, tiene rápidas y continuas comunicaciones con Manila. Por iniciativas del Sr. Arzobispo, se erigió en la nueva Casa una Pa rroquia confiada a la Orden “ ad nutum Stae. Sedis” , para atender a la población de Tagaytay; y aunque todavía es muy penosa la labor parro quial, por hallarse muy deseminada la feligresía, ya¡ pueden apreciarse bien los desvelos de nuestros misioneros, sobre todo en el retorno a la Iglesia de muchas familias caídas en el cisma aglipayano y seducidas por sectas protestantes. Se espera que en un futuro próximo esta funda
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz