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18 FECUNDA PARENS de los meses de cada año. Se observa un crecimiento poderoso hacia 1925, un profundo descenso en los dos primeros años de la República, una viva reacción desde 1933, que llega a su máximo fervor en 1937, con las preocupaciones de la guerra; después otra vez el descenso, bastante pronunciado en 1943 y, por fin, una nueva elevación que alcanza las cifras máximas en 1949. Toda una lección práctica de psicología religio­ sa colectiva. Y no es menos significativa la que nos ofrece la curva de comuniones en el curso del año; hay un primer descenso en el mes de febrero e inmediatamente un gran crecimiento en el mes de marzo, por razón de los ejercicios anuales y del cumplimiento pascual; ligera dismi­ nución en abril y ascenso consolador en mayo; después el mayor des­ censo en los meses de julio y agosto; desde septiembre comienza de nue­ vo el ascenso, que alcanza cifras muy elevadas en el mes de noviembre, para volver a bajar en diciembre. Con el fin de mantener y renovar la vida cristiana de los fieles se predicaban de tarde en tarde misiones para los barrios y pueblos veci­ nos; dichas misiones se convirtieron desde 1933 en ejercicios anuales, que suelen tener lugar durante la cuaresma. Las Cuarenta Horas .—Esta función tradicionalmente capuchina ha revestido siempre extraordinaria importancia en el convento de Pam­ plona. Comenzó a celebrarse en 1908 y ya en 1910 era un verdadero acontecimiento que ponía en conmoción a la ciudad y a multitud de pue­ blos del distrito; en dicho año hubo el último día más de 2.000 comu

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