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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 211 Buenos Aires nuestros cinco Padres misioneros y tres Hermanos legos, y al frente de ellos el abnegado P. Guillermo de Morentin, antiguo mi­ sionero de Colombia, el cual no pudo resistir las tremendas amarguras que hubo de sufrir en situación tan comprometida, iy, enfermo, tuvo que regresar a la Provincia, sustituido por el P. Mariano de San Isidro, pam­ plonés de origen, nacido en las proximidades de Buenos Aires, y educa­ do y formado en España, donde había recibido el santo hábito. Gracias a su exquisito trato de gentes y a la prudencia y celo del R. P. Agustín de Cáseda, entregado con ardiente espíritu a resucitar la devoción a la Virgen del Rosario de Pompeya,, pudo poner sólida base a nuestra misión de la Argentina, centrada originariamente en un ba­ rrio populoso de gentes abigarradas, acomodadas en pobres viviendas, en el ensanche sur, llamado de Corrales. Allí es donde nuestros misio­ neros lucharon y vencieron enormes dificultades de todo género, insta­ lando en seguida una escuela primaria de Ntra. Sra. de Pompeya bajo la dirección del R. P. Juan de Azpilicueta, quien, día por día, se con quistó el amor y la admiración de la geate pobre y acomodada, y llamó la atención del Ministerio de Educación y de la Curia Arzobispal, feliz ésta de haber encontrado en los capuchinos navarros la solución al eno­ joso embrollo en que había quedado la obra benéfica de Pompeya. Anulóse en consecuencia el estigma de insolvencia que paralizó la ac­ ción de los Padres genoveses. Así quedó definitivamente planteado nuestro fecundo apostolado en Buenos Aires, desde el año 1902. Custodia de Chile-Argentina Iniciada nuestra labor misionera casi a. un tiempo en las dos repú­ blicas hermanas, quedó la Provincia de la Virgen del Pilar ligada en to­ do ¡su desarrollo y actividades a Chile y Argentina en la forma jurídica de Custodia, dependiente de la Provincia, con un sólo gobierno y una sola economía, aunque con distintas actividades a un lado y otro de Ha cordillera andina, hacia donde comenzaron a fluir refuerzos de perso­ nal, de continuo reclamados por la expansión creciente de nuestro apostolado. El esfuerzo realizado por la Provincia durante el trienio del P. Pe dro de Usún puede calcularse por el número de misioneros que cruzaron el Atlántico, que alcanzó a 16 sacerdotes y 12 hermanos legos, cuando en nuestra, naciente organización autónoma de la Provincia no teníamos más que un convento de estudios en Pamplona y la apenas inaugurada escuela seráfica de Estella. Puede asegurarse que la Provincia encauzó todas sus energías a constituirse, a la labor de formación y al floreci­ miento de nuestra Custodia de Chile-Argentina, por lo menos durante diez años. El año 1903 fué nombrado primer Custodio Provincial el M. R. P. Gabriel de Adiós, llegado a la Provincia desde Chile para el pri­ mer Capítulo Provincial en que fué elegido el M. R. P. Luis de Muru- Astráin; y por inmediata renuncia suya, el primer Definidor, M. R. P. José de Legarda, quien envió en seguida a Chile tres nuevos Padres y cuatro Hermanos, acompañando al Custodio señalado. A poco de llegar

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