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16 FECUNDA PARENS Provincia, asignósele una buena parte de la Ribera, a la derecha del ferrocarril, toda la zona media de Navarra desde el valle de Izagaon- doa hasta el de Goñi y la Montaña entre el valle de Aézcoa y el límite de Guipúzcoa. Los pueblos de este distrito han proporcionado en 'todo tiempo limos­ na en abundancia; en 1.927, cuando fué '.más intensa la cuestación, re­ cogían los limosneros 200 robos de trigo, 200 cántaros de vino, 200 litros de aceite, patata para todo el año, 1.700 docenas de huevos, 500 kilos de alubias, gran cantidad de queso y otros géneros. Pamplona daba todo el pan para la comunidad y otras muchas limosnas en especie recibidas de los comercios; el Ayuntamiento daba en las fiestas de San Fermín 80 bonos de carne de toro; toda la leña que se consumía era de limos­ na. Dinero sólo se recogía en la Ribera, porque allí no les agrada dar limosna en especie. El viejo convento ha conservado su inalterable paz durante estos setenta años, si se exceptúan ciertos momentos de nerviosismo al ocu­ rrir la quema de conventos en mayo de 1931 y las ligeras repercusiones de la guerra española; al estallar el movimiento nacional en julio de 1936 se dió de comer durante varios días a buen número de voluntarios, unos veinte coristas y Hermanos jóvenes salieron por los pueblos pró­ ximos a ayudar en las faenas de la trilla, el convento organizó el 22 de noviembre de 1937 una solemne rogativa de paz a la catedral. A título de amenidad histórica queremos recordar el apasionado pleito de precedencia sostenido entre la comunidad de dominicos y la de capuchinos desde 1919 a 1922; se trataba de resolver el lugar que a cada una correspondía en la procesión del Corpus a tenor de las nor­ mas del Derecho Canónico, y el motivo de la duda estaba en la anti­ güedad de los respectivos conventos; entablada la contienda judicial, el Provisor de la diócesis falló a favor de los capuchinos; pero, habiendo habido apelación en segunda y tercera instancia, vencieron por fin los hijos de santo Domingo; sin embargo la buena concordia entre ambas comunidades en nada salió perjudicada. El convento de Extramuros y San Miguel de Excelsis Es tradicional en nuestra Provincia la devoción al santo arcángel de Aralar. Desde que el P. Miguel de Burgui escribió su conocida obra en 1774, los capuchinos han gozado del honor de encargarse de la ora­ ción sagrada en la catedral el día de la visita anual de la santa imagen a Pamplona. Interrumpida esta costumbre durante la exclaustración, se restableció ya en >580, en que predicó con fervor y elocuencia extraor­ dinaria el P. Camilo de Cirauqui. A los diez años de constituirse la pri­ mera comunidad, hicieron todos los religiosos de ella una peregrinación al santuario con la excursión de 15.000 católicos navarros, el 4 de ju­ nio de 1889. Todas las puertas de las celdas ostentan la placa de san Miguel de Excelsis.

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