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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 13 Las celdas de los religiosos, extraordinariamente reducidas, con sus ventanitas diminutas, se alineaban primeramente en torno a los dos patios internos y a lo largo de la fachada en los dos pisos superiores; más tarde se ensancharon los claustros, suprimiendo muchas celdas in­ ternas y construyendo otras nuevas sobre la portería y en una galería espaciosa del piso superior. En 1913 levantóse un nuevo piso para cel­ das en el colegio debido al crecimiento en el número de estudiantes, y por el mismo motivo se tuvo que aumentar el número de celdas en 1935, suprimiendo una de las clases. Las últimas reformas de importan­ cia hiciéronse en 1943 con la instalación de dos lavaderos con sus du­ chas, uno para el colegio y otro para el resto de la comunidad, además de muchas reparaciones, que en parte costeó el patronato. La iglesia no ha sufrido modificaciones notables desde la restaura­ ción. En 1922 fué adquirida la imagen actual de la Divina Pastora, obra del escultor valenciano Moltó; entonces se construyó el camarín en el antiguo altar de san José y se encargó su decoración al pintor Lipúz- coa. El altar, lo mismo que el nuevo de san José, es obra de fray Ber­ nardo de Ciriza. Al año siguiente se renovó la fachada de la iglesia. En 1940 se cerró la antigua capilla del Cristo para transformarla en centro de Acción Católica. En 1943 renovóse todo el decorado interno de la iglesia y se hicieron ligeras transformaciones, una de ellas la co­ locación del altar de las Almas del Purgatorio, cuyo retablo fué costea­ do por el Excmo. y Rvdmo P. Joaquín de Pamplona. Muchas veces se ha pensado en cambiar el retablo del altar mayor, de estilo barroco, que perteneció antiguamente a la iglesia de los PP. Jesuítas de Pam­ plona; el Rlvdmo. P. Venancio de Lisle-en-Rigault en su visita canónica indicó a los superiores la conveniencia de quitarlo y hasta se hizo el proyecto de uno nuevo, obra del señor Istúriz; pero no se llevó a efecto. La biblioteca ocupó durante muchos años un local situado sobre la sacristía; en 1888, según una estadística detallada, contaba ya 6.282 vo­ lúmenes. En 1905 intentóse recobrar la antigua biblioteca, propiedad de la comunidad antes de la exclaustración, que se hallaba con las de otras comunidades en el »Instituto Provincial, y a este fin se hizo una instancia a la Diputación, pero nada se consiguió por entonces; treinta y cinco años más tarde la misma Diputación restituiría generosamente aquel preciado tesoro teológico y escriturístico, que ya no volvió a su convento de origen, sino que se empleó como base de la biblioteca del nuevo convento de San Antonio. Merced al sacrificio de cuantiosas sumas fué acrecentándose sin cesar el contenido de la biblioteca, particularmente con la adquisición de importantes colecciones, que la elevaron al rango de la primera bi­ blioteca eclesiástica de Navarra. Y cuando en 1919 don Santiago Ausina, otro de nuestros grandes bienhechores, legó a los capuchinos toda su selecta librería de 4.000 volúmenes, hubo que pensar en local más espa­ cioso y digno. Desmontóse a este fin el terreno en el lugar ocupado por algunas

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