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CINCUENTA AÑOS DE VIDA i 33 No queremos pasar por alto un episodio que pone de manifiesto los recursos a que apelaban los adversarios de los capuchinos, que no da ban aún su brazo a torcer. En octubre de 1943 el P. Hermenegildo, por encargo del señor Obispo, denunció en el sermón de Cristo Rey, predi cado en la catedral, un hecho de inmoralidad pública, por cuyo remedio nada hacia la autoridad civil. Fué un sermón que produjo gran revue lo; el público señalaba con el dedo a los complicados en el torpe negocio y al juez de primera Instancia; no faltó quien quiso aprovechar el mo mento para causar un grave perjuicio a los capuchinos. Viendo que aquella campaña no surtía efecto, se añadieron nuevas calumnias con tra el mismo predicador a causa de los ataques dirigidos por él contra el cine inmoral; hízose intervenir en el asunto al alcalde y por fin al coronel de la plaza; a éste se le hizo creer que el capuchino había tra tado de asesinos a los militares. El coronel quiso cortar por lo sano; reunió a todas las autoridades y envió una comisión al señor Obispo exigiendo que el P. Hermenegildo se retractara en público. Al domingo siguiente gran expectación en la iglesia del Carmen: ¡el capuchino va a retractarse!, habían propalado los agitadores; pero el P. Hermenegil do, sin arredrarse ante los espías mandados por el coronel, comenzó su sermón diciendo: “ Sostengo todo lo que dije en la catedral. Ni me re tracto ni me retractaré, porque la moral y la verdad no tienen más que un camino” . Nueva comisión a palacio; el señor Obispo llama al Padre Hermenegildo y le alienta a mantenerse en su puesto; él le defenderá. El coronel pasa adelante y dicta auto de procesamiento militar contra el predicador; el juez militar, conocedor de su incompetencia en esta materia por las leyes eclesiásticas, pasó aviso al superior. Ahora el prelado obró enérgicamente, y cuajndo el coronel se presentó personal mente a exigir la retractación del capuchino le declaró que él asumía toda la responsabilidad en el asunto. Fué el golpe de gracia para los detractores. 7 .—La residencia elevada a guardianía En el Capítulo provincial de 1942 fué reelegido presidente el Padre Javier de Abárzuza, que con fecha 4 de agosto de 1944 recibía el nom bramiento de Guardián. En el mes de diciembre, habiendo sido desti nado el P. Javier a Chile, le sustituía en el guardianato el P. Hermene gildo; a éste sucedió desde el Capítulo de 1945 el P. Venancio de Ari- zaieta, que lo fué hasta el de 1948; desde entonces rige de nuevo la co munidad de Jaca el P. Hermenegildo. El año de 1946 tomó posesión de la sede jacetana, por traslado del doctor Villar a la de Lérida, el Excmo. y Rdmo. señor don José María Bueno Monreal. El nuevo prelado se ha mostrado siempre complaciente con los capuchinos; deseoso de contar con su colaboración en el minis terio de los pueblos, encargóles el gobierno de varias parroquias cerca nas a Jaca: Ipas, Guasa, Baraguás, Lerés y Gracionepel; más tarde, por haber disminuido el número de Padres en la comunidad, hubo d<í
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