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M. R. P. Carmelo de Iturgoyen (1930 - 1932) Comienzan los tiempos difíciles. La des­ membración del Comisariato americano abre un interrogante sobre el porvenir económico de la Provincia, cuando nuevas obras van a exigir nuevos gastos. El advenimiento de la República en España con las quemas de con­ ventos y el rabioso sectarismo de sus diri­ gentes llena de inquietudes el horizonte; se piensa sobre todo en la suerte de nuestros Colegios; pero no cunde el desaliento; ni si­ quiera se cierra el Colegio Seráfico. En esto llega el Capítulo General de 1932 y el Pro­ vincial, Rvdmo. P. Carmelo de Iturgoyen, es elegido Definidor General. M. R. P. Ladislao de Yábar (1932 - 1939) Los siete años del gobierno del P. Ladislao son los años de la prueba, debido a las cir­ cunstancias externas. Pero no son infecun­ dos. San Sebastián ve terminada la iglesia de Lourdes en la época más crítica para las Ordenes religiosas. Van nuevos misioneros a China. En Guam hay cambio de Vicario Apos­ tólico: al Rvdmo. P. Joaquín Olaiz sucede el Rvdmo. P. Miguel Angel Olano, que es con­ sagrado solemnemente en San Sebastián. En Pamplona se logra la realización de un sue­ ño desde mucho tiempo acariciado: la funda­ ción de un convento dentro de la ciudad. Y así se llega al mes de julio de 1936, fecha del Movimiento Nacional y de la guerra con el marxismo. Arde nuestro convento de Hí- jar; es ocupado militarmente el de Fuente- rrabia; Lecároz convertido en hospital; nues­ tra juventud es llamada a filas, con lo que los Colegios quedan en desorden y se pier­ den numerosas vocaciones, que hacen bajar el número de religiosos de la Provincia. La situación política crea delicadísimas situa­ ciones internas, que al fin se logran sortear felizmente. Cuando, con la terminación de la guerra en 1939, vuelve a rehacerse la vida normal, el P. Ladislao tiene el consuelo de ver alzarse el convento y la iglesia de San Antonio en el ensanche de Pamplona. Jaca es ya fundación asegurada.