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126 FECUNDA PARENS Entre tanto los cultos en la iglesia del Carmen adquirían un auge sumamente prometedor. El P. Modesto predicó el Novenario del Patro­ cinio de san José mientras un coro de señoritas, formado por él, atraía a los fieles al templo de los capuchinos. El mes de mayo revistió solem­ nidad particular y terminó con un triduo a las Hijas de María predica­ do en la iglesia de santo Domingo por el P. Cirilo de Artavia. Para pre­ dicar la novena de santa Orosia, patrona de la Diócesis, fué llamado el - Padre Vicente de Pamplona. La primera novena en honor de la Virgen del Carmen, predicada por el P. Miguel de Pamplona, fué apoteósica. No podía ser mejor la impresión causada por los capuchinos en aquellos primeros meses. El señor obispo se mostraba satisfechísimo. En mayo fué nombrado presidente de la nueva residencia el R. Pa­ dre Cirilo de Artavia y el P. Bartolomé regresó a su convento de Pam­ plona. Para entonces se había añadido a la comunidad el -R. P. Pedro Bautista de Tolosa. En el Capítulo Provincial celebrado el 16 de julio de 1930 fué puesto al frente de la comunidad de Jaca el R. P. José Ma­ ría de Oyarzun. En agosto fueron el P. Gumersindo y el P. Modesto de Lecumberri. Todos los religiosos que la componían se identificaron con los fines señalados por los superiores para la fundación de Jaca: “ Vivir en con­ tacto continuo con los fieles, con el clero y con el señor obispo; ejercer­ la hegemonía religiosa de la población y de la Diócesis; dirigir espiri­ tualmente el Seminario, predicar dos conferencias en el retiro de los sacerdotes y los Ejercicios espirituales a los mismos; desempeñar una cátedra en el Seminario; dirigir las asociaciones piadosas de la ciudad, la catequesis, la Juventud Católica, etc.” . Pero era preciso buscar otra casa en mejores condiciones. No se podía pensar en comprar ninguna, porque la economía provincial tenía bastante con atender a la obra de San Sebastián. Por fin, después de muchas andanzas, se eligió un amplio piso, cómodo y muy bien oriénta­ lo, en la calle Mayor. Allá se trasladaron los religiosos el día' 22 de septiembre. De momento se había hallado la solución. Pero el tiempo sería testigo de que el haber elegido una casa tan apartada de la igle­ sia y en lugar tan estratégico, denominado Las Cxiatro Esquinas, había sido una de las causas principales que influyeron en la salida violenta de los capuchinos de Jaca en 1931. El señor obispo descansaba con el trabajo intenso que los capuchi­ nos desarrollaban en el campo espiritual. Les había prometido la di rección de todas las asociaciones; habíales confiado una cátedra en el Seminario y un puesto de Vocal en la Comisión diocesana de Música Sagrada. El P. Presidente dirigía la catequesis, el Seminario y la Co­ fradía del Carmen. El P. Gumersindo la Orden Tercera, la predicación al clero, la clase de Religión en el Colegio de Santa Ana y la predica­ ción homilética en la Misa de las once. El P. Bautista se encargó de la cátedra de Filosofía. El P. Modesto de la parte musical y de la pre­ dicación en los pueblos.

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