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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 109 rao año eran reforzados con cuatro coros de niñas y uno de niños. En mayo de 1930 se bendecía solemnemente la bandera. También quedó erigida en la capilla la Pía Unión de san Antonio, por decreto del Rvdmo. P. General de los Frailes Menores de 4 .de abril de 1930; los cultos especiales no se celebraron hasta septiembre de 1935. Estaba destinado para ella el segundo domingo de cada mes. Contaba en 1936 con 270 asociados; pero, según parece, sin junta ni celadores; la mayor parte de los socios se inscribían el día de san Antonio y no se presentaban de nuevo hasta la misma fecha del año siguiente. Otras iniciativas se irán perfilando más tarde; por ejemplo la cateq uesis de niñas comienza el día 25 de enero de 1931, con la coopera­ ción de varias señoritas de la ciudad y del barrio; también celebran los niños y niñas los primeros viernes de mes a partir de 1930. La Acción Católica Las diferentes ramas do la Acción Católica fueron brotando en el decurso de la lucha abierta contra las fuerzas antirreligiosas de los años de la República. El 20 de agosto de 1933 un grupo de muchachos del barrio se re­ unía en la Sala de Juntas del convento para tratar de la fundación de una Juventud Católica en Torrero, dentro de las normas de la Acción Católica Española, y acordaba celebrar en domingos sucesivos círculos preparatorios para la fundación. Al tratar del asunto con la parroquia, surgió alguna pequeña dificultad por pretender el consiliario de Santa Engracia que la vida religiosa de los jóvenes fuese en la iglesia de san Fernando, dependiente de la parroquia; consentía que se llevase en nuestra residencia la formación cutural y religiosa y hasta el domicilio social. Allanóse al fin el consiliario, y quedó constituida la Juventud con carácter casi parroquial, pero con vida independiente. El día 1.° de enero de 1934 nacía la Acción Católica de Torrero en una solemne ceremonia. A l cabo de un año el señor Arzobispo imponía las insignias o los socios y bendecía su bandera. En junio del mismo año se inaugu­ raban los nuevos locales, que eran bendecidos por el señor Obispo de Huesca. Con la Juventud de Acción Católica va unida otra obra típica en Zaragoza: la Misa dialogada. Más tarde, en 1942, esta Misa de los jó ­ venes adquiere mayor solemnidad y se convierte en la Misa de los en ­ fermos, transmitida por Radio Zaragoza mediante el micrófono directo instalado en el altar mayor. No es posible humanamente decir la lluvia de consuelos que ha derramado sobre centenares de enfermos cada domingo esta hermosa idea. Al comienzo del Movimiento Nacional de 1936 contaba la Juventud con 94 socios activos y 105 aspirantes; todos modelo de fervor y de va­ lentía cristiana. Durante la guerra fueron movilizados hasta 79 de ellos; cincuenta se alistaron desde el primer momento como voluntarios; once