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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 10 ? La escuela La fundación de una escuela entraba como parte esencial en los proyectos de la nueva residencia. Era una necesidad sentida en Aragón y sentida también en el barrio de Torrero. En la actualidad tiene el barrio tres grupos escolares: el de Luis Vives con seis grados y una matrícula de 500 alumnos entre niños y niñas, el de Pignatelli con un grado para unos noventa alumnos también de ambos sexos y nuestra escuela con dos grados para solos niños, con otros 90 alumnos. Pero el hacer escuelas no entraba en el proyecto provisional; sin embargo, ante las súplicas insistentes de muchas madres, hubo que ade­ lantar la ejecución. En los sótanos colocados debajo de la capilla se habilitaron locales; se adquirió material escolar, gracias a la generosa ayuda del Ayuntamiento; y a la vez que la escuela de niños se abrió tam­ bién «na escuela nocturna para jóvenes. Fué inaugurada el día 4 de octubre de 1929. Eran admitidos niños de siete a ocho años, solamente del lado derecho del Canal, y muchachos de trece años en adelante. La enseñanza era gratuita, con sólo 5 pesetas al matricularse cada alumno para gastos de material. Juntamente con la instrucción religiosa se da­ ría a los niños esmerada formación religiosa. Los beneficios que ha traído la escuela son grandes. Calculando que todos los niños hayan cursado los dos años en la escuela, bien pode­ mos calcular en cerca del millar los que han recibido educación en nuestra escuela durante los veinte años de existencia. ¡Lástima que luego el ambiente en que se desarrolla su vida eche 'a perder en gran parte esa formación recibida! Los niños pueden ser empleados para el culto del altar y para el canto en la capilla, sin que sus padres tengan derecho a oponerse. Así, como una obra combinada con la escuela y al amparo de ella, nació e! grupito de cantores que andando el tiempo había de dar horas de glo­ ria al convento y que desde el primer momento dió relieve y esplendor a la capilla. Pronto se pudo prescindir del grupo de señoritas que en un principio intervenían en el canto. En septiembre de 1930 aquella veintena de cantorcitos, con sus flamantes trajes corales al estilo de los infantes del Pilar, recibían el apelativo de Escolanía de San Antonio y comenzaban a exhibir sus dotes artísticas en actuaciones públicas de gran aceptación, bajo la batuta inteligente del P. Cristóbal. El día de santa Cecilia de 1934, en su apogeo, la Escolanía daba un concierto ante el micrófono de Radio Aragón. En ese año .además se concedió a los escolanos un mes de veraneo en el seminario de Jaca y lo propio se hizo al año siguiente; con estos y otros alicientes, los niños tenían a grande honra formar parte de la Escolanía. El comedor infantil Una obra que convencía a las inteligencias poco desarrolladas segu

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