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CINCUENTA AÑOS DE VIDA 99 pero se interpuso el párroco del Buen Pastor, director de los Jueves en Guipúzcoa, y .p or entonces cayó por tierra el proyecto. Más tarde hubo nuevos intentos, hasta que por fin en diciembre de 1945 el M. R. P. Flo­ rencio de Artavia lograba la erección canónica; quedó al frente de la Archicofradía el R. P. Gregorio de Abárzuza, quien viene trabajando con éxito en el sostenimiento de esta obra, más necesitada que otras de estímulo constante, por la misma multiplicación de los actos, repe­ tidos todos los jueves del año, con el consiguiente peligro de rutina y de cansancio. Es muy consolador el incremento tomado en estos años; cuenta con veintitrés coros: veinte de mujeres, uno de hombres y dos de niños, que se distribuyen en dos Misas. Todos los años celebran un triduo solemne en el aniversario de su institución; poseen su artística bandera, primorosamente bordada; contribuyen generosamente al es­ plendor de todos los cultos eucarísticos que se celebran en la iglesia, sobre todo el día de Jueves Santo. La Juventud Católica Antoniana. El amplio salón, que formaba la cripta de la nueva iglesia, no po­ día quedar sin un destino adecuado. Pensóse en un principio en instalar una catequesis de niños; después pareció mejor destinarlo a escuela noc­ turna para muchachos de los barrios extremos a base de una instruc­ ción religiosa y moral; la idea fué aprobada y se iniciaron las clases con la colaboración de algunas señoritas muy bien preparadas. Dos años duró este ímprobo esfuerzo; pero al fin hubo que cerrar la escuela, por­ que no había modo de sacar partido de aquellos golfillos indomables, que no dejaban cosa sana en el salón. Pensóse entonces en dar una nueva orientación a aquella obra de apostolado y se encomendó la empresa al R. P. Jesús de Guerendiáin. Hecha una previa depuración, constituyó éste, con los elementos más re­ comendables, la “ Juventud Antoniana” , que tuvo su acto inaugural el 13 de junio de 1937. Los jóvenes que la componían dieron luego mues­ tras de gran entusiasmo y de gran proselitismo: hicieron representacio­ nes teatrales, formaron una biblioteca, desarrollaron obras de caridad Pero cuando mayor era el optimismo, en febrero de 1938, hubo de cerrar­ se el salón por haber sido llamados a filas los jóvenes y haber sido des­ tinado el mismo consiliario como capellán militar. Terminada la guerra, los mismos jóvenes instaron a que se reanu­ dasen las actividades de la Juventud. Entonces tomó la dirección el R. P. Venancio de Huarte-Araquil (1940). En esta segunda época de vida la “ Juventud Antoniana” , en vista de las reiteradas instancias del Secretariado de Acción Católica y por conveniencias que parecieron jus­ tas, aparece encuadrado en las Juventudes de Acción Católica, adop­ tando plenamente los reglamentos de ésta y recibiendo la insignia los socios de manos del Consiliario provincial. Desde 1942 tiene su ban­ dera propia.

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