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74 FECUNDA PAR&NS P. Leonardo de Iroz, Guardián. P. Isidoro de Iturgoyen, Vicario. P. José de Castelserás. ., P. Felipe de Murieta. P. Esteban de Zudaire. ; , B'r. Egilio de Mondragón, corista, Y los Hermanos Fr. Joaquín de Adiós, Fr. ‘Miguel de Leeumberri, Fr. Bernardo de Linzoáin, ' Fr. José de Legaría, . ... . • -p r Alejo de Vidania. Todos ellos ,s>e hallaban en el convento al tiempo de,los tristes su cesos, a excepción del P. JTos.é de Castelserás, que había acudido a Pamplona para asistir como discreto al Capítulo Provincial, que, no se celebró. En los primeros días del Movimiento, Híjar y lps pueblos comar canos eran como tierra de nadie, a merced de las primeras fuerzas ar madas que se presentaran. El día 27 d e julio se supo que en los pue blos próximos de Samper de Calanda y la Puebla de Híjar ardían los altares e imágenes de las iglesias, formando grandes hogueras en las plazas respectivas. No fué muy grande, de momento, la alarma pro ducida en los religiosos. Sólo fray Joaquín, el más anciano, salió a pa sar la noche a una torre próxima, por orden del P. Guardián. Aquella noche dos religiosos hicieron la guardia, en previsión de lo que pudiera suceder; los demás se acostaron tranquilamente; Pero a media noche llególes un aviso de parte de don José Beguiristáin, Juez de Instrucción de. Híjar, en que les anunciaba el peligr.o inminente que corrían. Al punto salieron de casa y se ocultaron en las huertas pró ximas. El día 28, por la mañana, volvieron todos al convento, celebraron el ' Santo' Sact'ificio y quitaron el Reservado. Después, el P. Guardián fué a Híjar, vestido todavía dé hábito, para adquirir nuevas noticias y orientarse sobre la situación. Las noticias eran malísimas; volvió a! convento llevando un traje usado para la fuga inevitable. Menos mal que pudo llegar con bien, porque los elementos de izquierda sé iban en valentonando. • En seguida comenzaron los religiosos a recoger, y ocultar las cosas die más valor; escondieron los ornamentos y cálices en los cañares de la huerta, y lo mismo hicieron con los libros más importántes de la biblioteca; la custodia y las escrituras las dieron a guardar a José Je- rique, alias “ El Zorro” , que vivía en una torre próxima, .. . .. Aquel día comieron en frío, bajo los árboles de la huerta, y. allí j-nismo durmieron la siesta. Después convinieron en dividirse en gru pos para facilitar la huida. Fray Joaquín siguió en casa de sus ami- gps; fray .José.,yt. fray Miguel fueron a la torre del Pino; los demás
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